Está de vuelta. Todo se dio de manera absolutamente fugaz. Hace algunas semanas, Cristiano Ronaldo había tomado la decisión de irse de la Juventus. Sus destinos posibles eran el PSG o el Manchester City, por una cuestión de interés en jugadores en ese puesto y de presupuesto. Sin embargo, el modo en que se fue de Turín le abrió la puerta a otros equipos.

El luso vuelve a su primer gran amor luego de 12 años, el Manchestee United. Ole Gunnar Solskjaer lo había criticado duramente ante los rumores que lo vinculaban al City: "Sé que somos profesionales, pero si jugaste en el United, no jugás en el City". La postura del entrenador fue clave para generar el fichaje. Se plantó ante los dueños estadounidenses del club y les solicitó como prioridad que vayan por CR7, independientemente de las contrataciones fuertes que ya ha hecho el equipo, como la de Jadon Sancho.

Además del recuerdo que dejó en la institución, en la que ganó la Champions League 2008 y el Mundial de Clubes, al goleador lo une una amistad con uno de los principales referentes actuales del equipo: Bruno Fernandes. Su compatriota llegó al club en enero del 2020 y lo cambió por completo. Modificó la forma de jugar y la competitividad del equipo, así como se transformó él en uno de los mejores jugadores de asociación en el mundo.

Con ese nivel del equipo que se ha elevado, Ronaldo puede ser la pieza clave para potenciar a un equipo que hace un tiempo dejó la senda de las derrotas y tomó la del crecimiento. Aún no ha podido volver a ubicarse en los primeros planos en la Champions League y esta puede ser la oportunidad. Desde las redes oficiales del club, al anunciarlo utilizaron una frase que podría definir al mercado de pases europeo entero: "Sí, es una locura y está pasando".