No es habitual ver a Boca tan definitivamente superado en su cancha como sucedió en este encuentro. Los juveniles de Banfield pasaron por arriba a los suplentes Xeneizes, especialmente en el primer tiempo. El Taladro se impuso 3 a 0 en La Bombonera con una actuación asombrosa. Ramiro Enrique convirtió dos tantos y Giuliano Galoppo el restante.

El local jugó sólo durante cinco minutos. En el arranque, con Aaron Molinas como eje, el equipo se plantó en campo rival y manejó bien la pelota. Pero transcurrido ese lapso, los 11 jugadores quedaron completamente borrados de la cancha.

Desde entonces, el conjunto de Claudio Vivas, no sólo se hizo de la posesión, sino que empezó a moverla a un toque y a gran velocidad en la mitad de la cancha, para luego lanzar al vacío para los incesantes piques de Enrique. Con Emmanuel Coronel, que partía de lateral, como apoyo en la mitad de la cancha, y los pases geniales de Matías González, de enorme partido, el equipo empezó a generar situaciones.

Antes de convertir el primer tanto, el hijo del mítico "Negro" Enrique, tuvo tres ocasiones que armó de manera fantástica pero no pudo terminar de definir. Hasta que, finalmente, a los 21 llegó la ventaja. Nicolás Domingo le dio un pase arriesgado pero muy bueno a Coronel que punteó para el pique de Enrique. El atacante se abrió a un costado y metió un centro preciso para Galoppo, que ejecutó una tijera sensacional para marcar el primer gol.

Desde entonces, el conjunto del sur de la provincia de Buenos Aires no aflojó más y arroyó a su rival. Un rato más tarde, Gastón Ávila, de pésimo rendimiento, perdió la pelota en la mitad de la cancha. Coronel cambió de frente para Agustín Urzi que tiró un centro bajo y por el segundo palo apareció Enrique, desde el piso, para empujarla y concretar el segundo.

La historia no terminó ahí. Banfield continuó con su ritmo infernal de pases, mientras el rival la veía pasar con una pasividad asombrosa. El tercero también fue obra de Enrique, pero hubo mucha contribución de la defensa Xeneize. Agustín Sández no pudo ganar de arriba y desde entonces, el fondo local perdió cuatro divididas, hasta que Galoppo la punteó y asistió al autor del doblete, que enfrentó a Javier García y definió fuerte arriba.

La diferencia fue aplastante y por momentos el juego se transformó en baile. Los rendimientos de algunos jugadores del equipo de Sebastián Battaglia fueron paupérrimos. Ávila, Marcelo Weigandt, Nicolás Orsini y Esteban Rolón jugaron muy por debajo de sus posibilidades y colectivamente, como también le sucede a los titulares, el equipo mostró poco.

En la segunda mitad, el visitante aminoró el nivel de desgaste físico y se retrasó varios metros. Por un lado, eso le vino bien al conjunto de La Ribera, para frenar la hemorragia. Pero, por el otro, lo expuso significativamente. Con la pelota y la obligación de generar, no tuvo una sola idea fresca en todo el complemento.

La chance más clara que tuvo fue a partir de un tiro libre ejecutado por Molinas, que con muy poco fue el mejor de su pobre equipo. Pasada la media hora del segundo tiempo, le pegó por encima de la barrera y entre Enrique Bologna y el travesaño evitaron el descuento.

El partido de Banfield fue memorable. Independientemente de que en el local hayan faltado titulares, y de sus miles de defectos, no es habitual ver a un equipo sacar tal diferencia en el resultado y, fundamentalmente, en el juego en la cancha de Boca. Tácticamente, además, el Taladro ganó por paliza.