La instancia definitiva se hizo sentir en todo momento. La demostró el público y la expusieron los futbolistas, que jugaron con una excesiva cautela y generaron un partido muy trabado. En Brasil, Corinthians y Boca igualaron 0 a 0, por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. En el primer tiempo, Agustín Rossi contuvo un penal clave,

En todo momento sobrevoló el temor a equivocarse. La instancia de eliminación directa llevó a los equipos a tener demasiado cuidado, incluso en los momentos de dominio. En el primer tiempo el local manejó la pelota, pero no inquietó. Prácticamente la tuvo para defenderse, en zonas inofensivas.

El Xeneize no presionó y esperó atrás de la mitad de la cancha. Se paró como para buscar contraataques, pero Sebastián Villa y Exequiel Zeballos estuvieron muy pendientes de los laterales rivales, los volantes no cruzaron la mitad de la cancha y Darío Benedetto quedó muy aislado.

No había pasado prácticamente nada en el juego, cuando a los 40 al conjunto brasileño le cobraron un penal a favor. Tras un centro, el fondo del equipo argentino despejó, la pelota quedó en el aire y Marcos Rojo abrió los brazos para cubrir la posición. En ese gesto impactó en la cara de Gustavo Mantuán, sin ningún tipo de intención.

Roberto Tobar sancionó penal, pero Rossi apareció como siempre al rescate. Esperó y se jugó hacia su derecha ante un remate débil y a media altura de Roger Guedes. El arquero del conjunto argentino volvió a demostrar que para los disparos desde los 12 pasos tiene una magia particular.

Cuando se terminaba el primer tiempo, el equipo conducido por Sebastián Battaglia tuvo su primera aproximación. Villa desbordó por izquierda, tiró un centro pasado y por detrás de todos Benedetto remató mordido de volea. La pelota pico y obligó a Cassio a una tapada a mano cambiada.

En la segunda mitad, el conjunto de La Ribera se adelantó unos metros y mostró una intención distinta, pero de todas maneras no pudo generar chances de gol, más que un tiro libre de Óscar Romero y un centro de Villa que casi termina en el fondo del arco. 

Las acciones más claras fueron del Timao. Ni bien comenzó el complemento, Willian armó una gran jugada por izquierda, tiró el centro atrás y Adson remató, pero se encontró con el cuerpo de Rojo que salvó un gol. En el rebote Gustavo Mantuán volvió a rematar y nuevamente el ex Estudiantes despejó.

Un rato más tarde, Bruno Méndez, que entró por el desgarrado Fágner, armó una buena combinación por derecha con Gustavo Mantúan, que desbordó y tiró el centro atrás. Adson se anticipó a Roger Guedes, que estaba mejor parado para patear, y remató muy mordido.

El conjunto brasileño fue un poco más, pero no tanto como era esperable de un equipo con tanta historia que hace de local en una instancia decisiva de Copa. Boca hizo su negocio, aunque en algún momento del partido dio la sensación de que si se animaba a jugar un poco más podía dañar. Queda todo por definirse el próximo martes en La Bombonera.