Analizar el rendimiento de un futbolista en base a datos fríos siempre es un error. Sin embargo, pueden ubicar en contexto para luego realizar una evaluación más minuciosa. Francisco Pizzini fue cedido de Independiente a Defensa y Justicia a principios del 2020. Jugó allí durante 18 meses, y, con la pandemia de por medio, disputó 38 partidos. Fue titular y pieza clave en el equipo que obtuvo la Copa Sudamericana ante Lanús y la Recopa ante Palmeiras, por lo que podía esperarse que el Halcón haga uso de la opción de compra por un millón y medio de dólares.

Sin embargo, desde el equipo de Varela afirmaron no contar con esa cantidad de dinero, a pesar de que obtuvieron ingresos por venta de jugadores y sí destinaron fondos a otras incorporaciones. El futbolista que alguna vez pasó por Olimpo retornó a Independiente bajo protesta y expresó en más de una oportunidad su deseo de irse. Hubo sondeos de Italia y de Vélez, pero no se llegó a un acuerdo, por lo que Pizzini tuvo que dar marcha atrás y solicitarle al cuerpo técnico que lo tenga en cuenta. Pocos días después y a horas de que cierre el libro de pases, la dirigencia de Independiente decidió transferirlo a Defensa y Justicia por 200 mil dólares, prácticamente ocho veces menos que lo estipulado en la opción de compra.

Desde el club de Avellaneda afirman que sólo se transfirió un 50% de la ficha y que conservan la otra mitad en caso de que a futuro se venda al jugador. Sin embargo, desde el entorno del futbolista aseguran que un 20% es de él mismo. El motivo que dan los directivos del Rojo para excusarse ante tamaño regalo propio de un programa de concursos y de la depreciación brutal que han generado en el plantel, es que el sueldo de Pizzini era muy alto y sirve habérselo sacado de encima para acomodar números.

El delantero por afuera surgido de las inferiores del Rey de Copas renovó su contrato con dicho club en 2018, tras volver de un préstamo en Olimpo. El jugador se rompió los ligamentos en el equipo de Bahía Blanca, finalizó su recuperación en Independiente, jugó en Reserva y fue nuevamente tenido en cuenta para la primera.

En la renovación se le incrementó notoriamente el salario y se le puso una clausula de recisión de 20 millones de dólares. En aquel entonces, el presidente de Independiente era Hugo Moyano. Hoy, cuando la institución de Avellaneda decide venderlo en un 1% del valor de la clausula, porque no puede hacerse cargo del sueldo que se le firmó al jugador hace tres años, el presidente es... Hugo Moyano.

No es la primera vez que algo así le sucede a esta gestión en Independiente. Más allá de tener el récord de haber perdido tres jugadores por falta de pago, algo inédito en la historia del fútbol argentino, tiene otros casos casi idénticos al de Pizzini. En 2016 adquirió el pase de Damián Martínez, proveniente de Defensa y Justicia, a cambio de 300 mil dólares y el 80% del pase del juvenil Rafael Barrios. 

Martínez nunca se acomodó en el equipo y fue prestado dos veces seguidas a Unión. En la segunda oportunidad se estipuló una opción de compra de un millón y medio de dólares. El jugador tuvo un gran nivel en el Tatengue y hasta fue elegido como el mejor lateral derecho del campeonato justo cuando debía retornar al Rojo. El equipo santafesino no ejerció la opción y el jugador volvió a Avellaneda, donde Sebastián Beccacece le comunicó que no lo tendría en cuenta.

El ex San Lorenzo buscó club y lo encontró rápido. Unión le compró a Independiente la mitad del pase, también en 200 mil dólares, la octava parte de la opción de compra. Un año después vendió ese 50% que tenía a Rosario Central, en 625 mil dólares.

Otro caso similar es el de Lucas Villalba. Siendo jugador del Rojo fue prestado a Atlético Tucumán, Huracán y Aldosivi. En el Tiburón dejó una buena imagen, pero el conjunto marplatense tampoco lo compró. El lateral izquierdo volvió a Independiente donde le rescindieron el contrato. Pocos días después, acordó con su llegada a Aldovisi, en condición de libre.

No cabe la menor duda de que el país atraviesa una delicada situación económica y que la pandemia ha tenido una gran influencia en eso. Es evidente también que esa situación repercutió en el fútbol. Pero ante desmanejos tan groseros, de un nivel de ridícula negligencia tan grande, no hay a quien culpar.