A pocas horas de la inauguración del Mundial, con el partido que sostendrán Brasil y Croacia, la violencia sacude a San Pablo. La Policía se enfrenta con decenas de manifestantes que están en contra de la organización del certamen. “Si no tenemos derechos, no habrá Copa”, dice una de las pancartas de las personas que protestan cerca de una estación de subte.

Mientras los manifestantes intentan acercarse al estadio Arena de Corinthians, donde se disputará el primer encuentro, la Policía lanzó balas de gomas, gases lacrimógenos y bombas de estruendo con el objetivo de dispersarlos. Pero los manifestantes responden con piedras y las principales calles de San Pablo son un caos.

Según el diario Folha de Sao Paulo hay por los menos dos detenidos.

Los disturbios, que continuaban pasadas las 10.30, ocurrieron en las cercanías de la estación Carrao del subte, en la zona este paulista.

Estos enfrentamientos se supone que son la primera de las cuatro protestas programadas para hoy en San Pablo contra la Copa.

Si bien los trabajadores del subte decidieron anoche suspender una huelga para hoy, tienen previsto un acto en frente del sindicato, en Tatuapé, para reclamar la reincorporación de 42 trabajadores del metro despedidos por el gobierno de Akckmin.

La protesta más cercana al estadio de la inauguración, Itaquerão (a unos 3,5 km), será una marcha denominada la Copa del Pueblodel Movimento de Trabajadores Sin Techo. Promoverán sus propios partidos de fútbol entre los equipos de trabajadores del metro, de colectivos y maestros, en contraste con el Mundial.

Los problemas se extendieron a Río de Janeiro, donde un grupo de manifestantes bloqueó la principal vía de acceso del aeropuerto de Río de Janeiro, como parte de la huelga declarada por los empleados de la terminal.