El tetracampeón del mundo Sebastian Vettel probó el mes pasado los prototipos de neumáticos de Pirelli para 2022, que tendrán llantas de 18 pulgadas, y acaba de hacer declaraciones esperanzadoras, tras una década (ya) de películas de suspenso y de terror protagonizadas por los fabricantes italianos en la máxima. Según el alemán, las gomas en ciernes permiten empujar al límite durante más tiempo y dan mayor agarre en curvas lentas y de media velocidad.

Vettel probó diversos compuestos de los neumáticos nuevos en 110 vueltas al trazado de Silverstone el 20 de julio. Ese día, además de Aston Martin, giraron Red Bull y Haas. "Son más cómodos en los pianos y ofrecen más agarre en curvas lentas y de media velocidad", aseguró a la publicación alemana Auto Motor und Sport.

Sin embargo, Seb objetó que las nuevas gomas afectan la visibilidad, y que puntualmente no se pueden ver los pianos. "Estas grandes ruedas hacen que la vista hacia delante sea aún peor. Con las cubiertas y las ruedas tan grandes ya no se pueden ver los pianos", deploró Vettel.

            Nascar

Este fin de semana, el capitán Penske, dueño de la IndyCar y del circuito de Indianápolis, y numen eterno también en la NASCAR (el campeonato de stock cars de los Estados Unidos), unió esos tres amores en dos días a puro automovilismo, usando el circuito que se creó para la F1 a principios de siglo (medio óvalo, pero girando en el sentido de las agujas del reloj, y medio mixto, retomando en uno de los curvones del legendario trazado).

El sábado, la IndyCar entregó en el circuito mixto una carrera que era aburrida hasta que el puntero Alex Palou (que iba cuarto) rompió auto y vio reducida su ventaja en la tabla respecto de Pato O'Ward (terminó quinto) de 50 a 21 puntos, con el temible Scott Dixon (décimo cuarto el sábado, tras largar último) a 34. Ganó el veterano Will Power.

Pero el plato fuerte a nivel espectáculo ocurrió el domingo, con una carrera de la Nascar Cup en su mayor parte procesional, pero salpicada de incidentes provocados por un pianito que se rompía y obligaba a detener la carrera. Todo gris (incluso el cielo) hasta que a seis vueltas del final el mentado pianito provocó un desastre, con decenas de autos destruidos y dos parates de más de media hora hasta que, en la última resalida, el joven Chase Briscoe, ya sin caucho, se llevó puesto a Denny Hamlin (destruyendo las carreras de ambos y regalándole la primera victoria en la Cup Series al veterano AJ Allmendinger).

El veterano dueño de la IndyCar ha estrenado su condición de tal con varias experiencias novedosas para campeonatos bastante endogámicos como son respectivamente el mundo de Nascar y el de Indy, la última de ellas este novedoso megafestival de automovilismo. ¿Se animará el Capitán a una reunión cumbre de tal tipo con la F1 y la IndyCar corriendo juntas un fin de semana en (por ejemplo) el trazado mixto de Daytona?