Primera pole de Lewis Hamilton desde el GP de España con un margen gigantesco y con una actitud berreta indigna de un campeón como él. El inglés retardó el inicio de la última vuelta rápida de la Clasificación del GP de Hungría para dejarle la bandera a cuadros a Verstappen, enfriarle los neumáticos e impedir que recortara la ventaja. Resultado: nadie mejoró sus tiempos. Esta actitud antideportiva de Hamilton debe ser frenada por la FIA, o la sensación de favoritismo hacia Mercedes (que ronda desde hace una década la F1) se va a convertir en un clamor popular.