Lewis Hamilton salvó la ropa en un fin de semana endiablado en Rusia. Todo había ido sobre carriles el viernes, con panorama de 1-2 para los chicos de Mercedes. El sábado, las temibles lluvias otoñales en el Cáucaso ruso y los errores del equipo y del propio Ham complicaron a los dos pilotos. La largada de Hamilton, como se preveía, fue prudente, entregando posiciones a cambio de sobrevivir sin daños a las primeras 4 o 5 vueltas que, como casi siempre aquí, fueron de luchas frenéticas.