Un mérito de Mattia Binotto como jefe de Ferrari ha sido no dejarse atropellar por la realidad. En los últimos 15 años, la Scuderia ha podido comprobar que a veces obsesionarse con el presente impide llegar a cualquier futuro auspicioso.

Ferrari se pasó desde el final de la Era Domenicali hasta la gestión de Arrivabene inclusive exonerando ingenieros que después se iban Mercedes a hacer capote (Allison y Costa bastan como ejemplos), o encajando a la mejor estratega de carrera que tuvo Ferrari desde la época de Ross Brawn en Sauber para hacerle lugar como estratega a un motorista llegado de Mercedes, como Jock Clear. El tiempo demostró que Ferrari, como casi siempre, es capaz de crear un gran motor con los ingenieros de la cantera (Binotto, el primero).