Desde que una mano negra y torpe decidió despedir de Lionel Messi del Barcelona, ​​el blaugrana pena por la tabla de La Liga, siendo menos que la mayoría. Hoy le tocó el clásico, con el Real Madrid, que tampoco es que anda de perlas, pero es claramente más.

El Merengue fue siempre superior, hasta que con un golazo, la figura del partido David  Alaba, puso el 1 a 0 a los 34 minutos. Barcelona casi no fue a buscar, lo hizo cadenciosa y torpemente, como acostumbra  en estos tiempos, no fue profundo.

Así transcurrió todo el partido hasta que a los 94, Lucas Vázquez de contra, sentenció un 2 a 0 que parecía definitivo. No lo fue, solamente porque a falta de 15 minutos el técnico neerlandés decidió que podía meter al Kun Agüero, que no es Messi, pero es el Kun y en el minuto 97, metió el descuento con una soberbia definición y comenzó su historia en el Barcelona.