A la hora de referirse a Nick Kyrgios jamás cesan los hechos curiosos. El local debutó en el Abierto de Australia y le ganó con relativa sencillez al británico Liam Broady por 6-4, 6-3 y 6-3. Ya durante el partido protagonizó escenas propias de su particular modo de juego, pero, además, luego del encuentro festejó con los fanáticos y hasta le tomó la cerveza a uno.

En el arranque del partido ya mostró algunos de sus destellos que sus detractores califican como locura y sus fanáticos como genialidad. No iban ni cinco minutos de juego que esbozó uno de sus tan habituales como sorpresivos saques de abajo, pero en este caso con el aliciente de que fue entre las piernas. La pelota le llegó mansa al rival, que aún así devolvió afuera.

El particular saque del australiano

Pero no sería lo único que regalaría el siempre polémico australiano en el primer torneo de Grand Slam del año. Tras el partido, se acercó a los espectadores que lo alentaban, se abrazó, se sacó fotos y, por último, cuando alguien le ofreció un vaso, tomó cerveza de uno de los fanáticos.

Kyrgios duda pero finalmente toma la cerveza de un fanático.

El australiano no la tiene fácil. Tras haber pasado la primera ronda debe enfrentar al ruso Daniil Medvedev, el 2° del ranking de la ATP, que con la baja del 1°, Novak Djokovic, se transformó en el máximo candidato a quedarse con el torneo.