El Villarreal dio hasta donde pudo. Y no fue poco; el equipo español logró igualar la serie en el primer tiempo, luego del 2 a 0 en contra sufrido en Anfield Road. Pero el Liverpool recobró la memoria en el segundo tiempo, lo pasó por arriba y dio vuelta el partido. Por la vuelta de las semifinales de la Champions League le ganó 3 a 2 en El Madrigal para redondear un global de 5 a 2 y se clasificó a la final.

El primer tiempo del equipo local fue casi inmejorable. Se pareció a lo que hizo contra Juventus y en la ida con el Bayern Munich: apretó arriba, sumó muchos volantes para hacer circular rápido la pelota y consiguió quitarle el protagonismo a uno de los mejores equipos del mundo.

A los 3 minutos consiguió ponerse en ventaja, lo que lo envalentonó.  Luego de mucha circulación, Pervis Estupiñán recibió a la izquierda y metió un centro pasado. Etienne Capoue llegó solo por el segundo palo, definió mal pero le salió una asistencia a Boulaye Dia que llegó a empujarla.

El Submarino Amarillo se encargó todo el tiempo de que su rival esté incómodo con y sin pelota y puso mucha gente en ataque para mover a la defensa rival. En la primera parte bien pudo conseguir algún tanto más. 

A los 36, cuando parecía que el juego empezaba a emparejarse, el conjunto de Unai Emery dio otro golpe. Pau Torres puso un pase fabuloso de 60 metros a Etienne Capoue. El francés tuvo problemas para bajarla, pero aún así se pudo acomodar, enganchar para su zurda y tirar el centro. En el segundo palo apareció su compatriota Francis Coquelin para igualar la serie de cabeza.

Pero en el complemento todo cambió. El equipo de Jürgen Klopp recobró la memoria y aprovechó el notorio desgaste físico hecho por su rival en el primer tiempo. El entrenador alemán mandó a la cancha al colombiano Luis Díaz que fue clave en la recuperación de su equipo. Además, Fabinho y Naby Keita se adelantaron varios metros y ganaron la mitad de la cancha.

A los 15, cuando el dominio era absoluto, llegó el descuento, que implicaba que el visitante volvía a ponerse en ventaja en el global. Fabinho escapó de una situación riesgosa en mitad de cancha, tocó para Salah y pasó al ataque solo para llevarse marcas. Nadie lo tomó, entonces el egipcio se la dio y el brasileño que entró en posición de lateral por derecha remató. Gerónimo Rulli brindó una respuesta floja y la pelota se le metió.

Un rato después, Díaz que ya le había dado vitalidad al equipo empezó a ser muy punzante por izquierda y amenazar con un gol que no tardaría en llegar. Primero, luego de encarar y sacarse un par de rivales hacia el centro, remató y Raúl Albiol desvió con lo justo el tiro.

Pero un rato después, llegó al vacío desde atrás y convirtió. Trent Alexander-Arnold recibió en la derecha, se acomodó para su pierna menos hábil y sacó un centro cerrado genial para el colombiano, que apareció sólo en el punto del penal y cabeceó. La pelota otra vez le pasó entre las piernas a Rulli e ingresó.

Como si eso hubiese sido poco para las ilusiones del equipo español, menos de 10 minutos después el conjunto inglés metió la estocada decisiva. Keita lanzó un pase largo para Mané que picó desde atrás de mitad de gancha. Gambeteó a Rulli que salió muy lejos, también a Juan Foyth que hizo un intento desesperado por derribarlo, luchó por mantener el equilibrio y definió sin oposición.

Durante los minutos finales no pasó mucho más. Villarreal no tuvo más fuerzas ni recursos como para luchar por otra remontada. Además Capoue fue expulsado en una acción de segunda amarilla y dejó al equipo sin esperanzas. De todos modos hizo un torneo increíble, muy por encima de las expectativas y eliminó rivales con mucha más historia y presupuesto.

Liverpool confirma que es uno de los mejores equipos del mundo o tal vez el mejor de todos. Jugará la décima final de Champions League en su historia y la tercera con Klopp como entrenador. La última fue en el 2019, cuando derrotó al Tottenham por 2 a 0 y se consagró campeón.