Los contratos deportivos son riesgosos. Los incidentes que pueden afectar la carrera de un atleta son muchos, por eso, una inversión multimillonaria conlleva un peligro mucho más grande que un mero problema de rendimiento en la cancha. John Wall, base de los Houston Rockets, no jugó en toda la temporada y se embolsó 44,3 millones de dólares.

El ex jugador de los Washington Wizards tiene un tremendo talento, que está totalmente probado. Tanto como que las lesiones le han impedido tener una carrera normal. Sin embargo, en diciembre del 2020 los Rockets asumieron el riesgo de contratarlo por un valor inmenso.

A comienzos de la temporada 2019/20, el basquetbolista había firmado un contrato con la franquicia de Washington. Le iban a pagar 171 millones de dólares por cuatro temporadas. Luego de firmar se rompió el tendón de Aquiles y se perdió todo el campeonato. Por eso, y dado que no era su primera dificultad física a pesar de sus grandes condiciones, los Wizards aceptaron un intercambio con Houston por Russel Westbrook.

Wall llegó al equipo texano que aceptó su contrato vigente y debutó a fines del 2020. Pero desde entonces hasta hoy solo ha podido jugar 40 partidos, por diversas molestias en las rodillas y los talones. Su último encuentro oficial fue hace más de un año, en abril del 2021.

Durante la temporada que finalizó hace sólo unos días no pudo jugar un solo partido y fue el segundo jugador mejor pago, solo por detrás de Stephan Curry. La diferencia es que el base de Golden State Warriors llevó a su franquicia a ganar un nuevo anillo.

Para colmo de males, el contrato de Wall incluye una cláusula que el puede ejecutar para seguir un año más en los Rockets y cobrar 47,4 millones durante la próxima temporada. Todo indica que hará uso de esa opción y en Houston las opiniones están divididas. Hay quienes no quieren saber más nada con un contrato millonario que nunca dio frutos y hay quienes quieren que siga y trate de devolver en la cancha algo de todo lo que se le pagó.