El caso de Novak Djokovic, a pesar de haber tenido una aparente resolución definitiva, sigue dando que hablar. Luego de haber recibido duras acusaciones sobre una persecución personal al 1° del mundo del tenis, el gobierno australiano salió a la caza de otros tenistas en su misma condición, para tratar de demostrar que no es así.

Detuvieron y deportaron a la checa, especialista en la rama de dobles, Renata Vorácová. La tenista también había recibido una exención médica para participar del Abierto de Australia sin acreditar el esquema de vacunación completo.

Pero, lo curioso, es que Vorácová no sólo ya había ingresado al país oceánico durante el mes de diciembre y había pasado los pertinentes controles migratorios, sino que incluso había disputado un partido por la Gippsland Trophy, un torneo preparatorio que se juega en la misma ciudad de Melbourne.

La jugadora fue comunicada de la cancelación de su visa, derivada al Park Hotel, donde también se encuentra confinado Djokovic y también está próxima a ser deportada. La checa parece pagar los costos de haber ingresado al país con la misma visa que el serbio.

Vorácová no protestará su detención, a diferencia de Nole, y se marchará del país. Desde el gobierno australiano pretendían que el 1° del ranking de la ATP no tenga ningún argumento para defenderse basado en que a otro tenista en sus mismas condiciones sí le habían permitido jugar.