Fue una venganza de Alonso, no hay duda. Desde que Laurent Rossi desarboló por tercera vez en un lustro la dirección técnica de Alpine a fines del año pasado, te contábamos en Continental Web que el único narciso que quedaba haciéndole (muchísima) sombra al de Rossi era Fernando Alonso.

El equipo se pasó toda la temporada dando pequeñas señales de que Esteban Ocon era el preferido del equipo: estreno de piezas, prioridad estratégica, defensa del francés cuando tenía situaciones tensas en pista con el bicampeón asturiano... Y tras el insulto, la ofensa: negarse a firmar un contrato por dos años, y ofrecer 'uno más uno', “en razón de su edad. Schumacher a los 42 no era tan bueno como a los 36”, ejemplificaron públicamente desde la cúpula del equipo galo.

Todo esto en el contexto de la última gaffe alonsista: 'El Plan' que había agitado en las redes el año pasado, produciendo expectativa como si Alpine hubiera desarrollado un arma secreta capaz de al menos acercarlos a los podios este año. Alonso fue juntando bronca, que estalló en los boxes franceses luego del Gran Premio de Mónaco.

No obstante, esta vez el asturiano evitó los desplantes públicos que le han costado no ser nunca más contratado por un equipo puntero desde que abandonó Ferrari tan intempestivamente como ahora Alpine. Creo que íntimamente Alonso sabe que nunca más ganará una carrera (salvo una casualidad), e irá a Aston Martin a recaudar muchísimo dinero en sus últimos años de F1 mientras ayuda a desarrollar un equipo mucho más maniflojo en cuestiones económicas que los tacaños directivos de Alpine, cuyos dobles mensajes desde el Grupo Renault en relación a la presencia en la F1 se expresan en inversiones insuficientes (a juzgar por los resultados y por la comparación con otros equipos del pelotón). Pero mientras tanto, urdió maquiavélicamente su venganza contra Alpine.

Nunca se sabrá si el retiro de Vettel provocó la contratación de Alonso por Aston Martin o la contratación de Alonso provocó el (abrupto y temprano) anuncio del tetracampeón alemán. Pero todo se concatenó para dejar a Alpine lo más 'con el culo al aire' posible. El equipo se enteró por Twitter de la firma de Alonso con Aston Martin. A las pocas horas, en una maniobra desatinada y quizá con afanes de judicialización, pero sin dudas desesperada, anunciaron con bombos y platillos que Ocon y Oscar Piastri (el australiano brillante campeón consecutivo de F3 y F2) serían sus pilotos para 2023.

Pocas horas después, Piastri les propinó otro baldazo de agua fría: anunció por sus redes que el anuncio se había hecho sin su consentimiento ni conocimiento, y que no sólo no tenía nada firmado para el año próximo con Alpine, sino que NO CORRERÍA en 2023 para los franceses.

En las últimas horas, el portal web Racing News 365 reveló que la FIA ya tiene registrado (y validado) el acuerdo de Piastri con McLaren para reemplazar a su compatriota Daniel Ricciardo en 2023. La información fue corroborada “por fuentes australianas” (no puede ser otro que Mark Webber, manager de Piastri), según afirma el medio neerlandés.

La Web añade que el acuerdo de Alpine con Piastri sólo llegaba hasta 2022, y que el plazo para renovarlo había vencido al 30 de julio: ese mismo día por la tarde se firmó el acuerdo entre McLaren y Piastri, justo antes del anuncio de Alonso. No debe ser casualidad: Mark Webber es uno de los mejores amigos que hizo Fernando Alonso en la F1.

Pero aquí no acaban los pesares para Alpine. Guanyu Zhou, el piloto novato de Alfa Romeo, se ufanó de haber dejado la escudería francesa el año pasado, tras salir tercero en la F2 (detrás de Piastri). Mientras el campeón australiano pasa 2022 en el hangar, el piloto chino ha corrido para Alfa Romeo. "Me liberaron por completo. Todo salió bien, porque mi contrato terminaba a finales del año pasado y era cosa de ambos si queríamos continuar, pero luego hubo una oportunidad con Alfa”, historió Zhou.

Ahora Alpine aparece con reducidas opciones para contratar un 'piloto 2' de Ocon. Ricciardo y Nico Hülkenberg podrían ser opciones. Para el australiano sería una vuelta con la cabeza baja, seguramente a ganar mucho menos que ahora en McLaren y antes en la todavía llamada escudería Renault; y para pelear el liderazgo del equipo con un Ocon que le ha hecho frente en este año y medio a un compañero implacable como Alonso. Pero quizá para el equipo francés, si la decisión es que su piloto de referencia sea Ocon, la mejor elección disponible sería Hülk: un veterano, muy buen piloto, rapidísimo a una vuelta pero sin la agresividad conductiva que caracteriza a los pilotos top (como ha sido Ricciardo).

Por lo pronto, Ricciardo ya recibió de McLaren la confirmación de que no será tenido en cuenta para pilotar junto a Lando Norris en 2023, pese al año de contrato. Habrá que ver si el australiano recibe una indemnización por la interrupción anticipada del contrato, o si sólo la recibe tras no conseguir butaca para el año próximo. Por lo pronto, si no es Alpine, le quedarían butacas de Williams y Haas. En resumen, nos esperan semanas de alborotados rumores para definir las pocas butacas que quedan, y el morbo de saber si Ricciardo encontrará un equipo adecuado mínimamente a sus ambiciones.