Se hablaba a principios de 2022 de la enésima renovación de la cúpula técnica de Alpine en pocos años, en lo que parecía una jugada narcisista y suicida de Laurent Rossi para acumular poder y ganar visibilidad en el equipo francés de la F1. Empero, todavía quedaba alguien que le hacía sombra al narciso de Rossi: Fernando Alonso.

El asturiano comenzó la temporada corriendo tan mal como nunca (forzando la suerte en cada maniobra y perdiendo muchos puntos por incidentes en carrera que podía haber evitado, mientras su compañero Ocon se escapaba en la tabla de posiciones) desesperado por lo mal que iba el Alpine en un año que para los franceses era clave.  En el segundo cuarto del campeonato. Alonso se tranquilizó y empezó a regalar no sólo carreras espectaculares, sino también a recortarle la distancia a su compañero de equipo.

Sin embargo, leyendo con atención las declaraciones de Alonso y las de los jefes de Alpine, se percibía una soterrada hostilidad, que fue casi palpable tras el Gran Premio de Mónaco este año, y que se plasmó en blanco sobre negro el último domingo con las dos maniobras arteras de Ocon encerrando a su compañero de equipo en pista al nivel del peor Schumacher, sin que el equipo dijera ni mu al respecto.

Esas maniobras de Esteban se entienden mejor hoy: Aston Martin anunció el fichaje de Alonso para 2023, en lo que parece un claro paso atrás del asturiano. Pareciera que un último ataque de furia del Nano lo hace dar un último mal paso: Alpine no pelea por victorias, pero Aston Martin hizo clasificar último a Vettel en Austria (un momento clave en la decisión de su retiro).

Para la temporada 2007, el entonces bicampeón del mundo reinante Fernando Alonso sorprendió firmando para McLaren, que venía de varias temporadas muy flojas. Sin embargo, el coche de ese año era un misil, y el asturiano peleó el campeonato. Vale decir: los pilotos saben más y antes sobre los equipos de lo que podemos ver nosotros en pista. Por lo que la pregunta es ¿qué habrá visto Alonso en la fábrica de Aston?

La cuestión es que la escudería británica de capitales canadienses y el piloto español firmaron un contrato multianual (condición sine qua non de Fernando), en el marco de las fuertes inversiones de papá Stroll en la fábrica del equipo en los últimos meses. "Conozco y admiro a Fernando desde hace muchos años y siempre ha estado claro que es un ganador comprometido como yo. He preparado todo para traer a los mejores y desarrollar los recuros adecuados y la organización para tener éxito en este deporte altamente competitivo y esos planes se están desarrollando ahora en Silverstone", declaró Lawrence Stroll. Después sigue la habitual retahíla de elogios desmesurados de ingenieros y jefes de Aston Martin para confortar la vanidad de Alonso, que se ha repetido en cada escudería a la que el Nano llega (para, muchas veces, irse entre portazos y gestos airados).

En cuanto al propio asturiano, dio como motivos para rubricar el nuevo contrato su ambición de volver a ganar y su fe en el potencial del equipo. "Este equipo está claramente aplicando la energía y el compromiso para ganar y es uno de los equipos más emocionantes de la Fórmula 1 hoy. Conozco a Lawrence y a Lance desde hace muchos años y es obvio que tienen la ambición y la pasión de tener éxito en la F1", sentenció Alonso.

"He estado pendiente del equipo mientras atraían a grandes personas con pedigrís ganadores y he sido consciente del enorme compromiso que tienen con las instalaciones nuevas y con sus recursos en Silverstone. Me siento agradecido por la confianza depositada en mí en esta aventura multianual. Quiero ser parte de una organización que está comprometida a aprender, desarrollarse y a tener éxito", añadió Alonso en un evidente palo para la pijotería de Alpine.

Alonso llegará a Aston Martin convencido como siempre de su inagotable talento conductivo. Pero deberá afrontar, como lo ha hecho Vettel hasta ahora, el liderazgo de un equipo que permanentemente favorecerá (hasta en el uso de piezas) al hijo del patrón. Él debe estar seguro de que se desayunará con facilidad al rápido pero inconsistente Lance Stroll, y probablemente lo superará con la motivación del primer año; habrá que ver si el nivel del auto le permite mantener esa motivación desde 2024; y hasta qué punto cada año le va sacando velocidad a un piloto de más de cuarenta años. No parece un camino de rosas, el que le espera.