No importa si será formalizado como un superministro o no. Lo cierto es que la presidenta Cristina Fernández le dio mucho mas poder a Guillermo Moreno para los próximos cuatro años. Será el señor de los precios, de las compras y de las ventas. Moreno tendrá la llave para abrir y cerrar el comercio interior y exterior a su antojo.
 
Estará acompañado en sus funciones por la arbitrariedad, la falta de explicaciones, la ausencia de papeles y su conocido y popular patoterismo. Sumará tareas de varios ministerios como la Cancillería, Agricultura, Industria, Economía y hasta Planificación. No casualmente Beatriz Paglieri asumió como secretaria de Comercio Exterior. Ella ha sido la cómplice de Moreno en toda su triste actuación en el Indec y en Papel Prensa.
 
En la práctica, Guillermo Moreno fue premiado como el mejor funcionario y será el capo de la economía real en la Argentina. Por eso se lo pudo ver, eufórico, arengando a los jóvenes de La Campora para que cantaran con fuerza la marchita peronista. Tiene fama de honrado. Dicen los empresarios que no pide coimas. Pero esa foja de servicio se ensució cuando se descubrió que su pareja, Marta Cascales, fue la escribana de Meldorek, la empresa de Sergio Shocklender, el corrupto militante kirchnerista que manchó el pañuelo de Hebe Bonafini.

Hasta los integrantes del gabinete de Cristina le dicen patota Moreno a Guillermo. En voz baja, por supuesto. A sus espaldas, que duda cabe. Es que le tienen miedo a Guillermo Moreno.

Es un todoterreno que sale a romper asambleas, columnas vertebrales o lo que haga falta. Es un perro de presa que se lanza a la yugular del que ordene el amo. Chumbale, dice Cristina como decía Néstor y allá va Moreno. El ex presidente dijo que Moreno era más bueno que Lassie. Y tal vez más samaritano que Rin Tin Tin y más terrenal que la perra Laika y menos conspirativo que el perro Verbitsky. Aunque, nobleza obliga, Verbitsky fue el que reveló que las patotas armadas se paseaban por el INDEC aterrorizando empleados. Es que la malversación de las estadísticas públicas fue un asalto a mano armada. Así se maneja el Moreno, poniendo una pistola en la mesa de un empresario, fanfarroneando con sus presuntas dimensiones del miembro viril, gritón y agresivo.
 
Eso si, siempre tiene a mano al campeón mundial de Kick Boxing, Acero Cali que tiene un cuello mas grueso que la piel de Moreno. Sus apretadas y escándalos superan todos los records. Hasta fue capaz de profanar con sus barras bravas un templo de la cultura como la Feria del Libro para escrachar a nuestro colega Gustavo Noriega. Durante la campaña castigó duramente a un dirigente de Jorge Macri en Vicente López. Fue el mismo que se pasó pulgar por su propio cuello como amenaza de deguello al joven ministro de economía de entonces, Martin Lousteau.
 
A esta altura Guillermo Moreno es una suerte de edecán de Cristina. Lo ponen a su lado como fiel escudero. Moreno es el medio y el mensaje. Y ese mensaje dice si te portas mal este muchacho te va a visitar con su banda. O en términos políticos: a los amigos todo y a los enemigos… Guillermo Moreno.
 
Lo mas grave de todo es que la presidenta lo condecora porque lo considera exitoso. Y fue un fracaso que quedará marcado por muchos años en las estadísticas nacionales. Porque aunque dibujó todo, nunca logró frenar la inflación. Y encima persigue a los consultores privados que quieren informar los números reales. Somos el país con más inflación después de Venezuela. Moreno es uno de los tres argentinos con mayor imagen negativa. Y seguramente muchos de los 70 mil millones de dólares que se fugaron del país lo hicieron porque no les gusta la discrecionalidad y la falta de reglas del juego.
 
Hasta ahora Moreno fue como una especie de látigo que utilizó el matrimonio Kirchner. A partir de ahora será el hombre clave del poder en la Argentina. Lassie recargado. Perro que ladra y muerde. Perro que mete el perro.