Hoy se cumplen 29 años de la asunción de Raúl Alfonsín. Por eso se celebra el Día de la Restauración Democrática.

Porque un 1 de diciembre cerraba el ciclo iniciado con el golpe de 1976, que abrió el período más cruento de nuestra historia.

También un 10 de diciembre, de 1977, fue desaparecida Azucena Villaflor, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, engañada por Alfredo Astiz, que se había infiltrado entre los familiares que recaudaban plata para sacar una solicitada.
Los restos de Azucena fueron incinerados y sus cenizas enterradas a los pies de la Pirámide de Mayo.

Cristina Fernández de Kirchner está cumpliendo hoy el primer año de su segundo mandato, porque ella asumió siempre un 10 de diciembre.
A esta fecha, el Gobierno le había sumado además la expectativa de iniciar hoy el cumplimiento del artículo de adecuación de la Ley de Medios. Pero una medida cautelar se interpuso en los planes del Gobierno.

Sumando todo -el día de la Democracia, el homenaje a Azucena Villaflor y los plazos de la ley de Medios- la presidenta Cristina Kirchner montó ayer una marcha con recitales y espectáculos en la Plaza de Mayo.

Entre Fito Paéz y Charly García, mientras el Choque Urbano y otros hacían sus acrobacias, Cristina Kirchner habló durante cuarenta minutos en cadena nacional.
Por un lado, reivindicó a esta Corte, en verdad a Néstor Kirchner por su actual composición, pero luego volvió sobre la interpretación que ignora el rol del Poder Judicial en la república.

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La presidenta dijo que manda la voluntad popular, y que el Poder Judicial no puede contradecir una ley que surge del Congreso. Pero es el rol que tiene, el control de la Constitución.

La democracia y la república conviven de manera tensa...
Luego, podemos discutir cómo manejó la justicia el caso, y también los vicios de la justicia, pero la justicia ha sido históricamente benévola con el poder político y los nombramientos surgen del Ejecutivo y del Legislativo, sólo que al ser cargos vitalicios adquieren otra dinámica...

Más allá de las críticas a la Justicia, el acto de ayer pecó, una vez más, por mezquino.
Mezquino con el rol que muchos tuvieron en la transición y la consolidación de la democracia.

La presidenta rescató a Hipólito Yrigoyen y a Alfonsín, pero no había ni un sólo dirigente opositor en el palco.
No era un escenario para eso. Y celebrar a la democracia sin la representación de las minorías es una contradicción.