Conoció a Jorge Bergoglio poco después de que sus hermanas en la Congregación de las Misiones Extranjeras fueron secuestradas. Y a los 85 años decidió destacar públicamente la ayuda que recibió del hombre que se convirtió en el papa Francisco. 

"Bergoglio nos ayudó mucho, se ocupó del caso (de las monjas) y tomó contacto con la Embajada francesa ", señaló la religiosa que vive en la provincia de Misiones, donde es miembro honorario de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y fundó un albergue estudiantil para hijos de colonos y guaraníes en Pueblo Illia.

"Me alegré cuando lo eligieron: primero porque es latinoamericano; y que sea argentino me llena de orgullo, porque él ha sido un luchador para que todos seamos iguales", aseguró Yvonne Pierron en declaraciones al diario Clarín. Además invitó al Sumo Pontífice a visitar las aldeas de guaraníes a quienes se dedica ahora.

La compañera y amiga de las hermanas desaparecidas destacó incluso el nombre que eligió Bergoglio para ser Papa: "Con él se terminaron los Pío, Pío, Pío en signos de nuestro tiempo, porque se preocupa por todos, que todos tengamos los mismos derechos. Cuánto agradezco que Francisco haya dicho 'Pío, no, yo soy Francisco', nada más".

En la misma entrevista, Pierron, que fue perseguida durante la dictadura, recordó que conoció a Jorge Rafael Videla: "Era un hombre joven, casi banal, jamás imaginé que sería uno de los mayores monstruos de la historia argentina. Caty (Alice Domon) y Leonie se ocupaban de niños con síndrome de Down que algunos llamaban mogólicos. Y cuidaban al hijo de Videla. El chico se abrazaba a Leonie y lloraba gritando que no quería volver a su casa. Y ellas fueron luego víctimas de Videla y su gente".

Esta reivindicación de la actitud de Bergoglio se suma a manifestaciones similares que desligaron al actual líder de la iglesia católica de cualquier tipo de responsabilidad en casos de desaparecidos durante la dictadura; entre ellos destaca la del padre jesuita Franz Jalics -secuestrado junto a otro sacerdote en 1976- quien tras la unción de Francisco dio por zanjada la polémica que lo mostraba enfrentado al Papa y aseguró que estaban "reconciliados".

"Orlando Yorio y yo no fuimos denunciados por Bergoglio. Es falso suponer que los secuestros se produjeron por su iniciativa", afirmó Jalics desde Alemania.

"Antes me inclinaba por la idea de que habíamos sido víctimas de una denuncia. Pero a fines de los 90, después de numerosas conversaciones, me quedó claro que esa suposición era infundada", manifestó el jesuita a principios de este año.