Las cosas parecen no estar tan sencillas para María Eugenia Vidal. La opción que tomó de ir de candidata por la Ciudad después de haber sido gobernadora bonaerense, no parece resultar tan cómoda como la pensó.

Es cierto, le sirvió a Horacio Rodríguez Larreta para sacar de carrera a Patricia Bullrich, pero haber aceptado a Ricardo López para acaparar votos liberales, generará un fuga en la primaria hacia el economista, no solamente de esos votos, sino también de los electores "duros" desencantados por la trapisonda que se le hizo a Bullrich.

Según el trabajo de Giacobbe & Asociados, si se suman los sufragios de Vidal y López Murphy, el oficialismo porteño estaría en un rango superior a los 40 puntos porcentuales, un número muy aceptable para una elección de medio término.

Pero muchos temen que si López Murphy no entra en la lista para la general, esos votos vuelen a manos del libertario por antonomasia, Javier Milei, y Vidal quede mas o menos donde está.

Si esto es así, el riesgo es grande: Leandro Santoro, candidato del Frente de Todos, estaría hoy a solo dos puntos de Vidal. Los errores estratégicos del PRO y sus internas, pueden llevarlo a poner en riesgo un distrito donde perder parece, todavía, imposible.