El presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Gabriel Mariotto, celebró irónicamente que la SIP “critique los postulados de la Ley de Medios de la democracia, cuando convivieron en silencio con la ley de la dictadura”. Por Continental, enfatizó que esa organización “defiende los intereses de los grupos concentrados de medios”.

"Creo que el nivel de reflexión de la sociedad argentina para darnos cuenta de quién está emitiendo y qué posiciones se defienden por fuera de la objetividad y la independencia que se pregonaban en otros tiempos y que están bajo sospecha porque quedó demostrado que son ficticias, es de lo más importante que nos está pasando como sociedad. Estuvimos 26 años de democracia sin poder reflexionar sobre estos temas porque la prensa del sistema lo tenía absolutamente condicionado, condicionaba los gobiernos, condicionaba la opinión, y estos temas no salían a la luz. Por eso ahora la SIP es la verdadera SIP, y no esa sigla que se asimilaba a la OEA o a la ONU y que en realidad representa a los intereses más concentrados de lo más tradicional de las empresas periodísticas de América Latina. Una SIP que nace en la Cuba del dictador Fulgencio Batista, que se refunda en la Guerra Fría en los 50, que no dice nada de ninguna dictadura del continente, no dijo nada de cuando, en los 50, se prohibía nombrar a Perón o a Evita o al 17 de octubre y que tampoco dijo nada del golpe de Estado reciente en Honduras o del asesinato de periodistas", enumeró en La Mañana.

Para Mariotto, los grupos mediáticos que la SIP representa "odian la pluralidad, odian la diversidad porque (con ella) se termina su negocio. Ellos no quieren competir, por eso tienen calificaciones tan livianas y descalifican la ley sin poder puntualizar, no han festejado la despenalización de calumnias e injurias, que es un avance democratizador muy importante", concluyó.