El cierre de la planta de quesos de la Cooperativa Sancor en San Guillermo, Santa Fe, ha generado preocupación en el sector lácteo argentino. La reactivación de esta planta en 2023, que había generado expectativas de crecimiento en volumen y empleo, se vio truncada por conflictos laborales con la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA).

La cooperativa atribuye el cierre a repetidos bloqueos sindicales que interrumpieron la producción y afectaron los ingresos esenciales para continuar operando. El conflicto con ATILRA se originó como una protesta por la demora en la creación de un fideicomiso de salvataje y posteriormente se amplió a una demanda por salarios. A pesar de reuniones en el Ministerio de Trabajo de la Nación, no se ha logrado ningún acuerdo, lo que ha llevado a un impacto significativo en la producción y el suministro de productos lácteos al mercado.

El malestar de los empleados y la incertidumbre sobre el futuro laboral han exacerbado la tensión entre los trabajadores y el gremio. La medida de fuerza del gremio, que incluye asambleas diarias de varias horas de duración, ha afectado la producción y ha dificultado mantener procesos automatizados continuos.

En medio de esta situación, la cooperativa busca explorar alternativas con otros interesados en participar en la operación industrial y comercial. Por su parte, el gremio ha anunciado que acudirá a la Justicia para denunciar penalmente a SanCor por supuesta evasión fiscal y por presuntas deudas laborales pendientes con los trabajadores.

El cierre de la planta de San Guillermo y el conflicto laboral subyacente reflejan no solo las dificultades económicas y de gestión que enfrenta SanCor, sino también las complejas dinámicas entre la cooperativa, sus trabajadores y el sindicato. Esta situación plantea desafíos importantes para el sector lácteo en Argentina y pone de manifiesto la necesidad de encontrar soluciones que permitan conciliar los intereses de todas las partes involucradas.