El Papa Francisco ha dado su aprobación para la canonización de la beata argentina María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mamá Antula. Esta decisión se tomó luego de la aprobación de un milagro atribuido a su intercesión por parte de la congregación de las Causas de los Santos. Mamá Antula se convertirá en la primera santa argentina y su ceremonia de canonización se llevará a cabo a principios de 2024 en la Plaza San Pedro.

María Antonia de Paz y Figueroa fue beatificada en 2016 en Santiago del Estero después de que el Papa autorizara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador. Se cree que esta sanación ocurrió en el año 1900 por la intercesión de Mamá Antula, quien fue la fundadora y madre espiritual de esta congregación.

El interés y admiración del Papa Francisco por Mamá Antula se remonta a su tiempo como arzobispo en Buenos Aires. Desde entonces, ha expresado su admiración por ella y ha dicho que "esta mujer vale oro".

Mamá Antula nació en 1730 en Santiago del Estero y fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires. Falleció el 7 de marzo de 1799 y sus restos descansan en la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad en Buenos Aires.

Durante su vida, Mamá Antula desafió los mandatos culturales y sociales de su época al vivir como laica en el beaterio de los jesuitas y dedicarse a ayudar a los más necesitados y olvidados. A pesar de la prohibición de los ejercicios ignacianos después de la expulsión de los jesuitas de América, Mamá Antula continuó con su misión y llevó los ejercicios espirituales a diferentes regiones de Argentina, incluso en tiempos de persecución.

Su obra y vida han sido reconocidas por su importancia histórica y su contribución a la sociedad argentina. Mamá Antula fue una mujer disruptiva y rebelde que desafió los poderes establecidos de la época y se convirtió en una precursora de los derechos humanos en Argentina.

Con su canonización, Mamá Antula será reconocida oficialmente como santa y su legado perdurará como ejemplo de fe y valentía para los argentinos y para el mundo católico.