La Defensoría General de la Nación y entidades presentaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos un escrito para que el organismo internacional inste al Estado argentino a proteger a los aborígenes tras la represión en Formosa, que provocó dos muertos.

También legisladores nacionales hicieron un reclamo similar dirigido a la presidenta Cristina Fernández y se comprometieron a viajar a la provincia, lindera con Paraguay.

En ese contexto, el antropólogo y profesor en la Universidad de British Columbia, Gastón Gordillo, invitó a pensar el conflicto que enfrenta a decenas de integrantes de la comunidad Toba con las autoridades formoseñas como un problema que se desprende de la gigantesca expansión sojera en la región.

“La expresión de violencia que tuvo lugar la semana pasada en Formosa no es un hecho aislado, es parte de un proceso muy generalizado que se está dando en el norte argentino, sobre todo en la zona afectada por la expansión de la frontera agropecuaria, en particular la soja”, advirtió en La Vuelta el autor del libro ‘Nosotros vamos a estar acá siempre’.

Desde Vancouver, Canadá, Gordillo aseguró que “lo que pasa en el norte es como una guerra de baja intensidad donde hay muertos y heridos en forma cotidiana. Hay que ver lo de Formosa como parte de un contexto mucho mayor”.

“Los reclamos por los títulos de tierras son muy antiguos; no olvidemos que estas comunidades están en estas tierras desde siempre, incluso desde antes que existiera la nación Argentina. Lo que se agudizó en los últimos años con la expansión agresiva de la frontera sojera es que muchos de los expulsados es gente pobre criolla que se encuentra con topadoras que arrasan sus ranchos en nombre del progreso”, señaló el antropólogo.

Además, resaltó que Gildo Insfrán “gobierna Formosa desde el ’95, es prácticamente el señor feudal de la provincia y esta es su zona de control directo. Hay que resaltar la responsabilidad política directa del mandatario en apañar estos hechos de violencia, en los que hay gente que fue apaleada brutalmente por policías y terratenientes locales”.

“Los Kirchner siempre resaltaron que ellos no reprimían la protesta social pero hay muchos casos, como el de Formosa, que contradicen esta retórica oficial”, dijo, si bien resaltó que la represión “es mucho menor a la del gobierno de Carlos Menem o Fernando De La Rúa”, dijo.
“El gran tema pendiente del kirchnerismo es ponerle límites a esta devastación social y ambiental que genera la soja en el norte y también a las empresas mineras”, señaló Gordillo.