Arrancó en Barcelona el juicio a tres argentinos acusados de llegar a un aeropuerto español en un avión cargado con 944 kilos de cocaína. Los imputados son los dos hermanos Eduardo y Gustavo Juliá y Matías Miret.

La esposa de Matías, Agustina Conil Paz, remarcó que Gustavo “se hizo cargo de ser el propietario del avión y el responsable de todo lo que había ahí adentro”.

Matías Miret fue el piloto que comandó la nave hasta la pista española. “Los agentes que hallaron la droga hicieron una declaración importante para Matías, que estuvo tranquilo en todo momento y no entendía qué estaba pasando”, relató la mujer.

“Cuando apenas los detuvieron estuvieron los tres juntos pero seis meses después los trasladaron a los hermanos por peligro de fuga”, señaló.

“Matías me contó que cuando sacaban los paquetes de cocaína pensaba que se iba a desmayar”, remarcó Agustina Conil Paz.

La sentencia definitiva se espera para las próximas dos o tres semanas.

“Una persona que carga casi una tonelada de cocaína es una inmoralidad, no piensa en su propio ser y menos en los demás”, sintetizó Conil Paz.