A partir de la masiva filtración de documentos a través de la Secretaría de Estado norteamericana, el ex vicecanciller Andrés Cisneros consideró ‘habitual’ el sistema de espionaje en los Estados pero advirtió sobre la importancia del secreto que se viola.

“Lo más importante que sacamos de esta anécdota es que se acabó el secreto. Si los norteamericanos no pueden hacerlo, ¿qué vamos a hacer los demás? El secreto es la reserva”, resaltó el ex vicecanciller de Guido Di Tella, en el gobierno de Carlos Menem.

En ese sentido, sostuvo que “hay una distancia entre el trabajo diplomático y el espionaje. La diplomacia se puede servir de todo tipo de informaciones, lo que no hace es espionaje”.

Sin embargo, dijo, “un factor hipócrita de nuestros días es que todos sabemos que todos los países del mundo espían. Los espías son los héroes de nuestra época”.

“Los argentinos y los sudamericanos estamos muy acostumbrados a que los estados cometen numerosas violaciones a la intimidad de sus propios pobladores y sus vecinos; este es un dato de la realidad. Aquellos gobernantes que hoy están escandalizados tienen suerte porque no se revelaron los mails de su propio sistema de espionaje”, remarcó el diplomático.

Lo personal, lo público y la seguridad de Estado. “Algunas son transgresiones al buen gusto y otras a cosas profundas de la estrategia política exterior norteamericana. Todas ellas quedan a la luz. El caso de la presidenta argentina es indignante”, dijo.

“Nosotros podríamos haber preguntado por el estado mental de (George) Bush, eso nos hubiera afectado mucho más”, ironizó Cisneros, al tiempo que prosiguió su evaluación de las informaciones develadas sobre la investigación a la jefa de Estado argentina: “es un agravio que ni la presidenta ni el país se merece. Una cosa es preguntar por la salud de alguien y otra por el estado mental. Esto último presupone una sospecha de que algo no anda bien”, lamentó el ex funcionario.

“El gobierno debiera manifestar su desagravio y punto”, subrayó el ex vicecanciller.

“Lo más grave no es la existencia de los mails, el problema es que ellos no puedan protegerlos. Ya nadie más va a creer en la reserva”, señaló Cisneros.