El alquiler de un vientre para parejas homosexuales que quieren experimentar la paternidad se realiza hoy con más asiduidad, para muchos, impulsado por el respaldo legal que otorgó el matrimonio igualitario sancionado por el Congreso argentino en julio de 2010.

El sistema, no obstante, también lo escogen aquellas parejas que, por distintos motivos, no pueden –o no quieren- tener un hijo por vía biológica.

“En Argentina hay un vacío legal en la materia”, dijo la periodista Marisa Brel en relación a los tratamientos de fertilización asistida en todo el país.

En Argentina, madre es quien da a luz. En Estados Unidos, en cambio, es la biológica. Por eso se permite el procso de útero gestacional.

“La gente debe tomar conciencia de que alquilar un vientre es un acto de amor”, dijo Brel, quien tiene “un combo de infertilidad”.

“Lo que yo necesito para ser madre nuevamente es un útero. Hay personas que necesitan un corazón o un riñón. Yo necesito un útero”, dijo Brel, al explicar que esto “es algo mucho más natural de lo que la gente cree”.

Marisa Brel editó dos libros: “Voy a ser madre, a pesar de todo” y “Un hijo, un sueño”. Ella fue mamá a través de un tratamiento de fertilización asistida y ahora tramita un alquiler de vientre para tener otro hijo.

“Este será el primer caso público en Argentina donde un matrimonio tendrá un hijo biológico a través de una madre sustituta. En el caso de Florencia de la V o de Ricardo Fort se necesita una donación”, explicó la periodista.

Este lunes, Florencia de la V presentó a sus mellizos en el programa televisivo de Susana Giménez.

“Una madre sustituta, en Estados Unidos, cobra aproximadamente 20 mil dólares. Ella está a disposición nuestra durante un año. Yo presenciaré el parto”, describió.

Brel trabaja en Argentina sobre un proyecto a nivel nacional para que cualquier mujer pueda acceder a un útero de alquiler sin trabas legales.