Lo que empezó como un drama se encamina hacia un final feliz en la historia de Ignacio Lucero (38), el montañista mendocino que se repone tras sufrir un infarto a 7.300 metros de altura, mientras escalaba en la cordillera del Himalaya. En las últimas horas se recuperó de las dificultades leves que tenía para hablar y adelantó que quiere ponerse bien para poder contar lo que vivió.

"No sé si hay antecedentes sobre un infarto a altura, a 7.300 metros. No sé si hay antecedentes con sobrevivientes. Tengo que contarlo, tengo que poder contarlo", dijo el andinista desde la habitación que ocupa en la terapia intensiva de un hospital de Nepal en el que fue internado y operado.

Esas palabras las dijo "Nacho" a su novia, Mariana Alvarado, quien viajó el fin de semana a Katmandú, contó este mediodía a la agencia de noticias DyN uno de los mejores amigos del montañista, Pablo Ortiz Baeza.

"Sigue delicado, en terapia intensiva, pero al menos ya puede hablar. Lo hace como si estuviera agotado, entre susurros, pero sabemos que quiere vivir para poder contarlo", relató Ortiz Baeza desde Mendoza. “Es muy duro lo que ha vivido", agregó.

Lucero fue sometido a una intervención de angioplastia y se le colocó un stent. Tras sufrir el infarto, entes de ser trasladado en helicóptero al hospital, pasó una noche en estado delicado en un campamento del monte Manaslu.

"Somos amigos hace más de 15 años, alcanzamos varias veces la cumbre del Aconcagua, y gracias a él conozco a mi novia. Por conocerlo tanto, sé que es un enamorado de la montaña, que vive por y para la montaña, y que en cuanto esté recuperado, va a volver a escalar", agregó.

Lucero estará al menos cinco días más en la sala de terapia intensiva y, si continúa la mejoría, será llevado a una sala común por al menos 10 o 15 días, señaló su amigo.