“Me llama la atención la lógica del absoluto con la que se mueve la protesta: todo está en negro, no hay nada para reivindicar, todo está mal”, se quejó Ricardo Forster, filósofo integrante de Carta Abierta.

“Uno puede discutir si los proyectos son o no son adecuados puede ser, pero ¿discutir si una reforma judicial está bien?”, se preguntó.

“Los tiempos políticos son acordes con la circunstancia que vive la sociedad”, dijo Forster, al justificar la celeridad con que el Congreso está discutiendo los proyectos enviados por la presidenta.

“No seamos ingenuos, era inimaginable que la oposición argentina aceptara discutir la justicia”, remarcó el pensador, cercano al oficialismo.

“La mayoría de la gente que hoy se manifiesta ni le importa la justicia”, consideró el filósofo Forster.