Viviam Perrone ya no preside las Madres del Dolor. La mujer, que formó la ONG tras el crimen de su hijo, apuntó a los tres poderes.

El dolor por la pérdida de su hijo, que fue atropellado cuando escapaba de una patota en Olivos, llevó a Viviam Perrone a fundar una ONG para luchar junto a todas las madres que reclaman justicia por los crímenes que les arrebataron a sus hijos. Pero los tiempos de la propia Justicia y la falta de respuestas del Congreso por leyes que establezcan el cumplimiento efectivo de condenas hicieron que ahora diga basta.

Perrone, hasta ayer presidenta de las Madres del Dolor, cuestionó duramente ayer la falta de cumplimiento de las condenas en casos resonantes de delitos contra las personas y el “cajoneo” de proyectos en el Congreso, y pidió a la presidenta Cristina Kirchner que “abra los ojos y escuche al pueblo”.

Perrone impulsó hace ocho años la ONG como madre de Kevin Sedano, adolescente muerto en 2002, en Olivos, tras haber sido atropellado por un automovilista que escapó. Ahora decidió renunciar a la presidencia de la asociación porque dijo estar “cansada” de sostener luchas por casos que terminan sin condenas.

“Siempre pensé que vale la pena, tengo dos hijos más y alumnos adolescentes a los que les decía que no importa quiénes sean, sino lo que valen como personas”, aclaró.

Perrone manifestó su agobio al señalar que pese al impulso que le dio a la investigación del caso de su hijo contra el acusado, Eduardo Sukiassian, no consiguió “hacerle cumplir el mínimo de la pena, que son ocho meses de prisión efectiva”. “Solamente cumplió con dos”, afirmó.

La mujer prosiguió: “Esta semana, la causa de la tragedia del colegio Ecos, en Santa Fe, donde en 2006 murieron nueve estudiantes y una profesora, vuelve a foja cero y eso significa que nunca se va a llegar a nada”.

También se refirió a la causa del boxeador Rodrigo Barrios, “La Hiena”, que en Mar del Plata “chocó dos veces, se dio a la fuga, mató a Yamila González, hirió a su mamá, escapó, desapareció seis horas, fue sentenciado a 4 años de prisión, pero está libre y está boxeando. No está cumpliendo con una condena”.

“En el Congreso los proyectos quedan encajonados, en noviembre les agarra el apuro y dicen: ‘Bueno vamos a ver qué sacamos’”, sostuvo.
“Nos dicen: ‘No queremos sacar [el proyecto para un banco identificatorio de abusadores sexuales] porque estaremos estigmatizando al violador’. Y después liberan a un violador tan fácilmente”, acotó.

La mujer dijo que desde la Asociación Madres del Dolor n o se piden “leyes más duras, sino penas donde no las hay”. Y ejemplificó: “En la Argentina quien atropella y se da a la fuga no tiene penas”. En un comunicado, ayer dijo que “si está preso quien robó una gorrita y una mochila en una villa, también tiene que estarlo quien mató y vive en una zona de clase alta”. Dijo sentirse “físicamente quebrada y sin fuerzas” y que eso la llevó a renunciar a la presidencia de la ONG.

Luego, le pidió a la Presidenta “que por favor abra los ojos y escuche al pueblo, que deje de escuchar a los que están a su alrededor, que viven en una burbuja que no es la Argentina de hoy. Necesitamos vivir en paz, cárceles que sirvan, que reinserten a los que están ahí, leyes para todo el pueblo y una presidenta para cada uno de los argentinos, no para un solo grupo”, concluyó Perrone.