En Coronel Suárez, el sacerdote católico Diego Kessler le negó la comunión a dos niñas de 11 años con síndrome de down. El párroco puso en duda que Catalina y Amparo pueda cumplir con las condiciones necesarias y afirmó que debía “evaluarla” antes de tomar una decisión.

El escándalo se produjo cuando la nena quiso tomar la primera comunión. Kessler sostuvo que antes de darle la comunión debía asegurarse de que las niñas distinguieran entre un pedazo de pan y una hostia, y que era necesario “evaluar” a la niña antes de tomar una decisión, informó por Continental Agustina Garros, madre de la niña Amparo Arroquy, que también sufrió la discriminación.

"Él sigue planteando lo mismo, y yo le pregunto qué pasa si el chico es afásico o tiene parálisis cerebral, y dice que se le puede dar una bendición o una confirmación, pero no el cuerpo de Cristo", relató en La Mañana.

Sin embargo, tras la polémica que despertó el caso, el “padre Antonio”, del pueblo de Santa María, se comprometió a brindarle el sacramento a la menor. "Yo sé que mi hija va a recibir la comunión y tiene todas las armas para eso, pero quiero pelear para que una cosa así no pase nunca más", enfatizó Garros, quien consideró "una aberración" la postura de Kessler.

La niña cursa la escuela primaria en el Colegio José Manuel Estrada de Coronel Suárez, una escuela religiosa que dicta clases de catecismo y prepara a los chicos para la primera comunión.