En Entre Ríos, la Justicia debe decidir si permite la interrupción del embarazo de una niña de once años. La chica mantuvo relaciones con un joven de diecisiete.

El caso es complejo, ya que en cualquiera de las opciones corre riesgo la vida de la futura madre, debido a que se demoró en implementar la intervención. Según algunos especialistas médicos, la nena estaría capacitada para “afrontar el embarazo”.

Por Continental, Carolina Comaleras, integrante del Consorcio Nacional por los Derechos Reproductivos y Sexuales (CONDERS), planteó que el problema es que “hemos llegado tarde. Esta niña está con un embarazo de once semanas. Quiere decir que hace tres meses alguien debería haber detectado que esta niña estaba siendo sometida a un abuso”.

“Legalmente, esta situación encuadra en el artículo 86 del Código Penal, que estipula la permisividad de un aborto no punible cuando hay un embarazo producto de una violación. No podemos sostener, como algunas voces, que la niña consintió con esta relación; es impensable y hasta está estipulado legalmente que una criatura de once años es incapaz de consentir y aceptar una relación sexual en los términos que puede pensar un adulto”, advirtió en La Mañana.

“El tema acá es el desmanejo de la situación, la desinformación que ha llevado a que esto se judicialice. Esto se tendría que haber resuelto inicialmente en el ámbito del sistema público de salud. El retraso complica y agrava, porque ahora depende de lo que diga el juez”, concluyó Comaleras.