El gobernador de Misiones, Maurice Closs, estimó que las inundaciones que desde hace un mes afectan la provincia mesopotámica han provocado pérdidas por unos “500 millones de pesos”. El mandatario provincial anunció que declaró la emergencia económica porque “se han dañado muchas producciones” y también por “vulnerabilidad social”, luego de que debieran ser evacuadas unas ocho mil personas.
 
Por Continental, el director de Defensa Civil de la Provincia, Ricardo Veselka, consignó que las crecidas de los ríos Uruguay, Paraná e Iguazú “dejaron a su paso enormes pérdidas y daños, han arrancado muchísimas casas” y causado “un daño enorme en la estructura vial, especialmente en la rural”, aunque destacó que "el río, de a poco, va bajando". En La Mañana, consignó que la provincia tiene siete mil trescientos cincuenta desplazados por la crecida del río Uruguay,  de los cuales 4.500 pertenecen a El Soberbio, 500 a San Javier, 400 a Alba Posse y 150 a Panambí. 

Por otro lado, el Gobierno de Chaco prorrogó la emergencia hídrica para asistir a las más de mil familias afectadas por la crecida de los ríos Paraguay y Paraná, según anunció el ministro de Desarrollo Social, Roberto Lugo. En las últimas dos jornadas el agua experimentó el crecimiento de 32 centímetros en esa zona del sudeste provincial. La Administración Provincial del Agua (APA) informó que las precipitaciones que se produjeron sobre el noreste argentino durante toda la semana, con epicentro en Misiones, “han generado una nueva crecida de los ríos Iguazú y Paraná, que se suma a la que tiene el río Paraguay”. El pico de la nueva crecida está estimado para el día 5 de julio.
 
En este contexto, el río Paraná experimentó un leve repunte frente a toda la costa entrerriana en las últimas 24 horas, mientras que el río Uruguay creció en algunos lugares y tuvo descensos significativos en otros, señaló el director de Defensa Civil de la Provincia, Roberto Destri. Sin embargo, todavía no se registran evacuaciones en la provincia mesopotámica, salvo por una familia que decidió abandonar su vivienda en La Paz por el desborde del arroyo Caballú Cuatiá, un tributario del Paraná.
 
Para esperar el pico de la creciente del Uruguay, las autoridades de la represa binacional de Salto Grande decidieron abrir las compuertas de la usina y colocaron al gigantesco lago de 78.000 hectáreas formado aguas arriba del complejo en un mínimo histórico que ronda los 29 metros de profundidad. El objetivo es amortiguar la creciente, de modo que el río no supere en Concordia los 13 o 14 metros la semana próxima, bastante por encima de la etapa evacuación, fijada en 12,50 metros.