A las 51 muertes (la mitad, mayores de 70 años) y los 514 evacuados los sucede la incertidumbre por el futuro de miles de hogares en una ciudad arrasada por el agua. Después de un relevamiento en 5.940 viviendas, el gobierno provincial concluyó que no hay más desaparecidos.

La ciudad es un escenario bélico, aunque sin guerra. Las calles componen un cruel muestrario del despojo de la naturaleza. Anoche todavía se apilaban muebles, colchones mojados, televisores y el alma de los inundados en cada esquina.

“Vine de enterrar a mi hermano. Cuando termine de limpiar mi casa inundada me voy a socorrer a mi otro hermano que perdió todo”, resumía Mercedes, en el barrio Villa Elvira, en el sudeste de la ciudad. Allí se concentran varios centros de asistencia con entrega de alimentos, agua envasada, pañales y colchones, para atenuar la desesperación de los vecinos.

En Los Hornos, Altos de San Lorenzo y Tolosa, la demanda de auxilio supera la previsión oficial. La falta de coordinación operativa provocó alguna situación de caos. Y la posibilidad de saqueos incentivó el temor colectivo. Con la primeras horas de la noche, en la esquina de 9 y 518 grupos de personas, con caras tapadas, robaban a transeúntes. En 23 y 60, 22 y 59, 137 y 72, 131 y 527 se registraron intentos de retiros violentos de mercadería.

El Ministro de Seguridad y Justicia admitió ayer 19 denuncias por estas acciones.

Casi todos los comercios bajaron las persianas al final de la tarde.

La oscuridad remitía al peor presagio. Hasta los taxis limitaron la circulación para evitar asaltos. La capital bonaerense muestra su peor cara. Y la solidaridad de la mayoría de los platenses como resistencia.

Yoli, de 80 años, y Lili, de 76, las dos hermanas que pasaron desde el martes a la noche hasta la madrugada siguiente sobre una mesa y fueron socorridas por sus vecinos, tienen ánimo para sonreírle a la tragedia.

Agradecimiento. Es una expresión que no tuvieron en Tolosa con la llegada de la ministra de Acción Social, Alicia Kirchner, virtualmente corrida por el enojo de los afectados. Daniel Scioli también volvió sobre sus pasos (ver página 12).

El gobierno comprometió una exención del impuesto urbano edificado para los inundados. Y créditos de hasta 50 mil pesos con 9,9 por ciento anual de interés anual.

Fueron casi 100 mil viviendas las afectadas por el temporal de viento y agua más impiadoso que registra la historia de esta ciudad.

Pérdidas. Todas son pérdidas. Cinthia pudo salvar a su familia, después de caminar 15 cuadras con el agua al pecho en búsqueda de lugar de seguro, después de que la correntada se tragó su casa. Tenía un embarazo adelantado. No habrá parto del sexto hijo. Está alojada en el Centro Fomento de Los Hornos.

Es una zona donde, lentamente, se restablece el servicio de luz eléctrica.

Anoche todavía quedaban más de 15 mil viviendas sin luz.

En la periferia, anoche se repartían velas. Representa la precariedad de esta situación apremiante.

Mientras, los esfuerzos solidarios continúan desde los centros de fomentos, clubes, escuelas y hasta en la Catedral, donde se clasifican la ropa y los alimentos.