Huellas de megaterios y otros animales prehistóricos que se hallan en el sur de la provincia de Buenos Aires, en las zonas de Monte Hermoso y Pehuen-Có, podrían ser declaradas Patrimonio de la Humanidad. Es que, según el bisnieto de Charles Darwin, inspiraron al celebérrimo científico los primeros esbozos de lo que sería a la postre la teoría de la evolución de las especies.

Fue durante el viaje por el mundo que el británico realizó como parte de la tripulación del Beagle en 1832, reveló Richard Keynes. Darwin habría sido inspirado por las numerosas huellas sedimentarias de animales y humanos de más de doce mil años de humanidad en la zona de Puerto Rosales, tres años antes de llegar a las Islas Galápagos.

Darwin estuvo dos veces allí, a bordo del Beagle. El 22 septiembre de 1832, halló en lo que hoy es la base naval Puerto Belgrano, rocas con fósiles de aves, gliptodontes y megaterios. Ese día, anotó en su diario de viaje: “Aquí encontré algunas rocas. Son las primeras que he visto y son muy interesantes por contener conchillas y huesos de grandes animales”.

La reserva natural contiene tres áreas de protección, de casi 20 kilómetros de costa. Las dos primeras en Pehuen-Có, y la tercera, de 1500 metros, en Monte Hermoso. En el área 1 se encuentran restos fósiles de roedores de hace 5 millones de años; el área 2 contiene huellas de pisadas de aves y mamíferos de unos 12 mil años; y el área 3 mantiene la impronta de pisadas de humanos y materiales utilizados hace 7000 años. Hace 12 mil años, el mar estaba retirado unos 100 kilómetros, y el clima era mucho más frío y seco.

A las lagunas, generadas por recurrentes lluvias torrenciales, se acercaban pumas, zorros, ciervos, guanacos, ñandúes, y otros animales llegados de Norte América cuando se unificó el continente, millones de años atrás, como caballos, mastodontes y macrauchenias. Estas huellas impresas en el barro, al borde de las antiguas lagunas, hoy pueden observarse en forma de roca arcillosa, si el clima y la marea baja ayudan.