En Europa, crece el escándalo por la venta fraudulenta de carne de caballo en lugar de la de vaca en productos alimentarios. Si bien las autoridades indicaron que no existe riesgo a la salud pública a partir de los alimentos afectados, el incidente provocó repugnancia en Gran Bretaña, donde muchos ven la idea de comer carne de caballo con disgusto, y plantearon preocupaciones sobre la seguridad de las complicadas cadenas de abastecimiento en Europa.

El 15 de enero, pruebas de rutina por parte de la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Irlanda hallaron carne de caballo en hamburguesas congeladas de vacuno producidas por empresas en Irlanda y Gran Bretaña y vendidas en cadenas de supermercados, incluyendo a Tesco, el mayor minorista de Gran Bretaña.

Las preocupaciones aumentaron la semana pasada, cuando la unidad británica del grupo de alimentos congelados Findus comenzó a retirar del mercado paquetes de lasaña de vacuno ante un consejo de su proveedor francés Comigel, luego de que pruebas mostraron que hasta un 100 por ciento de la carne que contenían era de caballo.

Desde entonces el tema ha implicado a operadores y mediadores en una serie de países de la Unión Europea, desde mataderos en Rumania y fábricas en Luxemburgo a operadores en Chipre y empresas de alimentos en Francia. En Alemania, el Ministerio de Salud reveló la sospecha de que un proveedor del estado federado de Renania del Norte-Westfalia recibió platos de lasagna precocinada que contienen carne de caballo. No se descarta que el producto haya llegado a otros proveedores.

Por Continental, el empresario de frigoríficos Alberto Samid explicó que “el escándalo en Europa es porque la carne de caballo vale un 30 por ciento menos que la carne vacuna y, al no ser avisados” los consumidores, se han sentido “engañados”, ya que “en varios países de Europa se come la carne de caballo”.

En La Mañana, informó que en la Argentina “hay dos frigoríficos que faenan” carne equina. “Los caballos de polo, de tiro, etcétera, cuando llegan a viejos, son faenados, pero sólo para exportación”, ya que “el cariño que hay en nuestro país por el caballo hace que la gente no lo coma”, explicó.

“En la Argentina sólo se comió carne de caballo cuando se importaba mortadela italiana con pistacho”, añadió. La elaboración de este fiambre con carne equina, precisó, “sale muy rica, y la de burro, mucho más rica”, pero “acá no se consume”, insistió Samid.