Según un estudio reciente publicado en The Lancet, se proyecta una disminución significativa en las tasas de natalidad en las próximas décadas a nivel mundial. Se estima que la gran mayoría de los países, específicamente 155 de 204, estarán por debajo del nivel de la tasa de fertilidad para el año 2050. Esta tendencia alarmante podría tener consecuencias a nivel global en áreas como la economía, la seguridad alimentaria, la salud, el medio ambiente y la geopolítica.

Los investigadores sugieren que las poblaciones seguirán disminuyendo si no se toman medidas significativas. Se propone que el apoyo a los padres a través de políticas que faciliten la crianza y la conciliación entre el trabajo y la vida familiar podría ayudar a mitigar la baja de nacimientos. Estas políticas podrían incluir subsidios para el cuidado, licencia parental y otras formas de asistencia que alivien las responsabilidades asociadas con la crianza.

Se espera que para el año 2100, más del 50% de los nacimientos vivos ocurran en el África subsahariana, mientras que la tasa global de fertilidad ha disminuido a la mitad en los últimos 70 años. Aunque hay avances en anticonceptivos y más oportunidades de educación y empleo para las mujeres, la baja de nacimientos plantea desafíos importantes para el equilibrio demográfico global.

Es crucial reconocer que estas tendencias futuras en las tasas de fertilidad y natalidad tendrán un impacto significativo en diversas áreas, y se requerirán soluciones estratégicas a nivel mundial para abordar esta situación de manera efectiva.