La canasta básica de un jubilado supera los tres mil quinientos pesos, según una estimación de la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires.

Un año atrás, el mismo sondeo, daba como resultado unos dos mil seiscientos noventa pesos, lo que implica un incremento del 30 por ciento.

Es un porcentaje más alto que el de la inflación que miden los Institutos Provinciales y muy lejos del 10 por ciento del INDEC, pero inferior a los dos últimos ajustes semestrales (setiembre 2011 y marzo 2012) que sumaron un 38 por ciento. En dos años, la suba fue del 71,4 por ciento.

Desde el mes pasado, el haber promedio de las jubilaciones es de $ 2.015, pero el grueso -casi el 75%- cobra $ 1.687. De estos números se desprende que la mayoría de los jubilados – 4.000.000 – alcanza a cubrir un poco menos de la mitad de la canasta básica elaborada.

De esa canasta surge que el jubilado necesita gastar en alimentos $ 43 por día ($ 1.313,98 por mes). Que el alquiler o las expensas, si es propietario, es de $ 530 y en salud el gasto es mínimo ($ 204,67 por mes o $ 7 por día) porque no incluye los gastos de tratamientos complicados. El gasto en recreación toma en cuenta una sola salida al cine, una comida en una pizzería y el pago de la cuota de un centro de jubilados.