Juan Manzur tomó licencia como gobernador de Tucumán para venir a Buenos Aires y asumir la Jefatura de Gabinete, en medio de la crisis por la derrota electoral del gobierno, en 2021. Le costó dejar su pagó chico. El vicegobernador, Osvaldo Jaldo, estaba enfrentado con él y Manzur temía perder el control de la Provincia.

Pero igual vino. Su impronta hiperactiva copó las noticias políticas los primeros días, venía a imprimirle al gobierno una dinámica que no tenía y a gestionar lo que no gestionaba. No queda claro cuando se apagó su estrella, pero si, que fue muy rápido.

En los últimos meses, bastante poco se supo de Manzur y su actividad quedó probablemente diluída en la inactividad del resto. La llegada de Sergio Massa se parece, aunque el hombre de Tigre tiene otro conocimiento de la política de Buenos Aires, y de los bueyes con los que deberá arar.

Pero lo curioso, es que el tucumano se ha transformado en un vocero del superministro Massa. Después de la confirmación oficial sobre la acumulación de poder del todavía titular de la Cámara de Diputados, reapareció Manzur, pero en un rol curioso: todas las mañanas atiende una nube de periodistas y describe cual será la actividad de Massa ese día. Ya no  hay hiperactividad, pero al menos, de algún modo, ha recuperado una función, de la mano del nuevo superjefe.