No es presidenta. Lo fue ocho años, pero ya no lo es. Sus decisiones formales en materia de control del estado son irrelevantes, la función del vicepresidente es altamente acotada en la Constitución Nacional. Preside el Senado y está atento en caso de vacancia de la presidencia. Nada más.

La figura de Cristina Kirchner, es la mas evidente muestra de que el Poder no está en los cargos, hoy más que nunca, el Poder no está en los cargos. El Poder es poder. Yo puedo. Lo que quiero lo puedo. El cargo no habilita tal cosa, ni por las tapas, algunas veces, solo algunas; es una porción, de la construcción del Poder.

Cristina quiso hablar ante el Tribunal Oral que la juzga por el supuesto direccionamiento en la obra pública. Los jueces no lo permitieron. Pues bien, jamás se habrá estado tan atento a lo que alguien va a decir por Twitter, como hoy. Eso es Poder. Quiere que se la escuche y puede.

Quiere que los medios que han estado históricamente en contra de su gestión la ataquen y que, los que la han sido fieles, la defiendan, y puede. Quiere que los ciudadanos que están en su contra se manifiesten en su casa, y que luego, los que la apoyan vayan al lugar y los corran y puede. Y también quiere que eso ocurra sin demasiados altercados y eso, también puede.

Cristina Kirchner es la persona mas poderosa de la Argentina, nos guste o no. Es una cuestión de Poder, no de ideología o gustos políticos. 

¿Tiene los votos la ex presidenta? Depende para que, para volver al cargo por sus propios medios no. Pero ¿quiere? El Poder no es poder todo, es poder lo que se quiere. Probablemente lo que Cristina quiera sea manejar un gobierno. Y eso puede. Pudo con Alberto, puede, al menos por ahora con Sergio Massa, que ayer timoratamente tuvo que salir a defenderla por redes sociales.

El Poder de Cristina, se basa en una combinación de factores. El control organizado de la calle es uno de ellos. La presunta posesión de un caudal de votos suficiente para definir una presidencial es otro. El contar con una organización de cuadros políticos capacitados, perfectamente aceitados y dispuestos a seguir sus órdenes a rajatabla es otro. La construcción mística de su figura, también. Todo ello contribuye a la sensación de que "con ella no se puede". Eso es Poder.

No hay antecedentes en nuestro país de un Poder así. Juan Perón no lo tuvo. ¿A alguien se le hubiese ocurrido un kirchnerismo sin Cristina, como hubo un intento de peronismo sin Perón? Los peronistas que se quejan de la vicepresidenta lo hacen hurtadillas, entre gallos y medianoches, lloran como cortesanos alejados del Palacio. Ni siquiera conspiran, lamentan.

La palabra de Cristina es la mas esperada, siempre, porque es la palabra de la persona mas poderosa del país, probablemente en toda su historia, sin dudas la mas poderosa del Siglo XXI.