Claudio Moroni es otro ministro del riñon de Alberto Fernández. Un amigo del presidente. A diferencia del recientemente despedido ministro de la Producción, Matís Kulfas, no es un seguidor estrecho, sino un par, como lo era por ejemplo, Juan Pablo Biondi, el vocero también despedido.

Pero el ministro de Trabajo, esta en la lista de funcionarios que no funcionan. El kirchnerismo quiere su cabeza como quería la de Kulfas o la de Biondi oportunamente. Y ayer Cristina lo dejó, sin mencionarlo claro.

En el sector político de la vicerepsidenta creen que Moroni tiene mas relación con los grupos empresarios que con los trabajadores y que juega siempre a favor de los intereses de los primeros, por motivos complejos de explicar.

Ayer Cristina se refirió a Carlos Tomada, su primer ministro de Trabajo y lo resaltó con intenso y variado énfasis: "¡Que ministro de Tarabajo, Tomada!", repitió mas de una vez, marcando la diferencia con el poco apreciado Moroni.

Lo cierto es que, cada vez que cirucula el rumor de la salida del cargo del amigo presidencial, son empresarios diversos los que reecorren pasillos y despachos para sostenerlo.