La periodista del canal de noticias C5N, Gabriela Carchak, que el 20 de octubre de 2010 cubrió los incidentes que terminaron en el asesinato de Mariano Ferreyra, ratificó ayer durante el juicio oral que no existió un enfrentamiento entre la patota de la Unión Ferroviaria y los manifestantes, sino un "ataque".

"Vi un ataque y vi gente que se defendió", aseguró la cronista, que a su vez reconoció a dos de los imputados como quienes intentaron amedrentar al equipo periodístico para evitar que se registraran imágenes del momento.

Hoy comenzarán a declarar los primeros testigos referidos a la actuación policial, que tiene a siete uniformados acusados de liberar la zona. En tanto, el jueves por la tarde se prevé que el picaboletos Guillermo Uño rompa el silencio y declare en el juicio. Aunque su defensor, Oscar Igounet no adelantó bajo qué condiciones y si aceptará preguntas de las querellas.

"Mi equipo es rodeado por personas que los vienen a increpar de manera violenta. Pensé que les iban a pegar", relató Carchak. Momentos antes, había entrevistado a Diego Cardías, uno de los trabajadores tercerizados despedidos que le contó que habían sido atacados a piedrazos cuando intentaron realizar un corte de vías. "Bajá la cámara. No filmés. Te vamos a romper todo", recordó que fueron las ordenes que les dieron de manera amenazante cuando se cruzaron con el equipo de C5N, al que reprochaban que "siempre le dieran micrófono a esos piqueteros de mierda".

"Los tres tuvimos miedo", admitió Carchak que sintieron junto con el cámara y el asistente al ser increpados por un ferroviario con cuello ortopédico y otro de pelo largo y rubio con colita. Luego, en una ronda de fotografías y videos, la periodista señaló a Daniel González y a Salvador Pipitó como quienes llevaron adelante la maniobra que los obligó a refugiarse en el playón de la empresa de micros Chevallier. Dijo que en ese momento, se sucedieron gritos, corridas y piedrazos, aunque no pudo asegurar haber escuchado detonaciones de arma de fuego.

"Algunos se quedaron vigilando que el camarógrafo no levantara la cámara porque querían evitar que se grabara la escena", aseguró Carchak, que con esto, apuntaló la hipótesis de la querella sobre una posible división de tareas para garantizar que se pudiera llevar a cabo el ataque a balazos que terminó con un muerto y varios heridos. Mientras se aproximaban, contó, "un policía de civil nos dijo que nos fuéramos porque nos iban a matar a todos". Esto abrió una nueva puerta en el juicio, ya que quedó sobrevolando en la audiencia la idea de que el efectivo tenía conocimiento que nada impediría el avance final de los ferroviarios.

"Enfrentamiento jamás, siempre fue un ataque", concluyó y desbarató la estrategia de algunos abogados defensores que intentaron relativizar el hecho en un nuevo intento por postular que hubo agresiones equivalentes que derivaron en la muerte de Ferreyra.