Fuentes judiciales y policiales informaron que la primera y principal coincidencia es que el delincuente que murió en el tiroteo, identificado como Ernesto Cañete (51), era investigado por el fiscal Gabriel Lorenzo, a cargo de la causa por el blindado de Moreno.

"Hay dos testimonios en la causa que lo sindicaban como uno de los partícipes del aquel golpe. Era inminente su pedido de detención en ese expediente", dijo una fuente judicial.

Otro de los elementos que vinculan ambos hechos es la similitud de las armas y calibres empleados el viernes por los asaltantes, ya que en ambos hechos se recolectaron vainas de pistolas 9 y 11,25 milímetros y de Fusil Automático Liviano (FAL) 7,62.

La única diferencia es que en el hecho de Moreno, además del FAL, los delincuentes también dispararon con otro tipo de fusil, calibre .223 o 5,56 milímetros, que en Bernal no fue empleado.

La Policía Científica trabaja en los cotejos balísticos con el fin de confirmar si en ambos hechos se emplearon o no las mismas armas.

El fiscal Lorenzo puso una copia de su causa a disposición de su colega de Quilmes que investiga el hecho de Bernal, Andrés Nieva Woodgate.

Uno de los investigadores señaló que hay sospechas de que entre los asaltantes que actuaron el viernes esté Mario Enrique Bagnera (38), uno de los prófugos que aún quedan de la fuga del penal de Ezeiza registrada el 28 de agosto del año pasado.

El hermano de este evadido, Walter Bagnera (40), está preso desde fines de enero acusado de haber participado junto a su hermano prófugo del golpe en Moreno.

Bagnera además tiene antecedentes en este tipo de delitos, ya que estaba preso en Ezeiza porque tenía una condena por haber intentado asaltar dos blindados en el barrio porteño de La Boca.

Asimismo, el ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación ofrece una recompensa de 500.000 pesos para quienes den información que sirva para su localización.

El asalto de Moreno fue el 20 de enero, cuando un grupo de delincuentes armados intentó robar el dinero transportado por un camión blindado de la firma Prosegur detenido en la puerta del banco Supervielle de Nemesio Alvarez 248, en pleno centro de Moreno.

Los asaltantes -que se movilizaban en al menos dos vehículos- se tirotearon con los custodios del blindado y, en medio de los disparos, Francisco Figueroa (75), un jubilado que estaba en la cola del banco, recibió un tiro que le provocó la muerte horas después.

También resultaron heridos dos de los portavalores y cuatro clientas de la entidad, tres de ellas embarazadas.

El viernes pasado, algo similar ocurrió en el banco Comafi ubicado en Castro Barros y Belgrano, de Bernal, partido de Quilmes. En esa oportunidad, el objetivo fue el robo del dinero de los cajeros automáticos que estaban siendo recargados.

Dos encapuchados destrozaron con una maza el blíndex del banco, redujeron con armas cortas a los empleados de la entidad y de seguridad privada y se llevaron ocho cartuchos -cada uno puede cargar hasta 200.000 pesos-, con el dinero del cajero.

En la huida, la policía mantuvo un intenso tiroteo con la banda, que contaba con al menos cuatro cómplices en tres autos de apoyo. Uno de esos vehículos, Fiat Qubo, terminó volcando en la persecución y en su interior quedó muerto de un tiro en el pecho uno de los asaltantes, quien luego fue identificado como Cañete.

La Policía logró recuperar cinco de los cartuchos con un millón de pesos, mientras que se estima que los que lograron escapar se llevaron tres cartuchos con alrededor de medio millón.

Además se secuestraron una maza, una ametralladora y una pistola, ambas calibre 9 milímetros.