“Recuerdo dos etapas: a los ocho años, mi hermana fue diagnosticada con esquizofrenia. Se la interna pero mi madre la saca en medio del tratamiento porque no soportaba verla ahí”. Así relató Susana Vargas la historia de su hermana, quien mató a una vecina que se quejó por los perros de Liliana Bargas.

“Fui víctima de mucha violencia, a mis 15 años mi papá me ayuda para poder irme de casa y viví con una señora que me ayudó mucho. Pude salir de todo ese infierno”, aseguró.

“Yo visitaba a mi mamá pero cada vez veía a mi hermana cada vez más violenta. Cuando tuve a mi hija me fui muy lejos y formé, lejos, mi pequeño espacio”, señaló.

“Mi hermana tiene perros por miedo a que le roben. Cuando vi a mi mamá en un video y el estado en el que se encontraba, la quise rescatar. Pero no pude denunciar el hecho porque me dijeron que mi hermana tenía problemas mentales”, dijo Susana.

“Mi hija me impidió que me metiera en el medio y aceptara que fue su elección. Tal vez yo hubiera sido la que terminaba con un tiro pero esto, quizá, no hubiese pasado. No puedo encontrar paz”, señaló.