Sería por una cuestión familiar que balearon en la cabeza al custodio de la esposa de Jorge Julio López. Se trata de Ariel Acuña, un cabo primero de la Policía Federal. Rubén López, hijo del albañil desaparecido tras testificar en el juicio al represor Miguel Etchecolatz, dijo que su muerte “no tiene nada que ver” con la desaparición de su padre y enfatizó que “Acuña era un excelente persona”.

El efectivo, de treinta y dos años, fue encontrado sin vida el martes a la noche con, al menos, un disparo en la cabeza, en su casa de Mariano Acosta, en el partido bonaerense de Merlo. El cadáver estaba sobre su cama, vestido con una remera y desnudo de la cintura para abajo.

Se descarta un robo, ya que la casa estaba cerrada y sin signos de violencia en las aberturas, no se registraron faltantes de dinero ni de electrodomésticos y no había ningún sector revuelto.

La principal sospecha de los investigadores de la Policía de Merlo recae en el primo del policía, de dieciocho años, quien vivía en el sitio con Acuña y aparentemente viajó a Goya, provincia de Corrientes, tras el hecho; la Policía intentaba encontrarlo en las últimas horas.