El gobernador formoseño Gildo Insfrán no recibió al defensor adjunto del Pueblo de la Nación.

El encuentro era para hablar sobre la represión de la Policía provincial a los aborígenes que reclaman por sus tierras.

La agresión provocó dos muertes y decenas de personas heridas en la comunidad toba.

Por Continental, Juan Minguez reveló que tuvo que “dejar una carta en la mesa de entrada de la Casa de Gobierno”.

“Nosotros desde la Defensoría, junto a Anselmo Sella, habíamos hecho el pedido de una audiencia al gobernador Insfrán, pero no tuvimos respuesta”, precisó.

La situación de agresión y abandono es tan abrumadora que varios integrantes de la comunidad La Primavera esperaban desde hacía días ser enyesados, tras sufrir fracturas de parte de la fuerza pública.

“Son alrededor de treinta los tobas que aún permanecen hospitalizados. En Formosa, la tragedia está a la vuelta de la esquina. Nuestra preocupación es que no pase a mayores. Hay gente herida e internada”, alertó en Magdalena Tempranísimo.

En este sentido, remarcó que “hay una responsabilidad gravísima del Gobierno de Formosa por esta situación de discriminación. Es una locura ordenar un desalojo con ciento cincuenta policías armados”, se indignó Minguez.

Criticó al juez que dio la orden y remarcó que los militantes tobas “no tenían armas para su defensa”.