En fallo unánime, el Tribunal Oral en lo Criminal número 2 de San Isidro absolvió a Lucila Frend por el asesinato de su amiga Solange Grabenheimer. La fiscalía y la querella habían reclamado prisión perpetua, con la acusación de "homicidio calificado por alevosía y ensañamiento", y la defensa había solicitado la absolución por falta de pruebas.

Según el alegato del fiscal Guevara existía el agravante de la relación íntima con la víctima. Aseguró que Frend "le infringió cuatro heridas con un arma punzocortante mientras la víctima estaba en la cama, por lo cual no pudo ejercer defensa alguna" y sostuvo que "las lesiones tenían un mensaje: 'Así vas a aprender, así vas a entender'. Solange fue víctima de tortura, tormento, una agresión brutal", remarcó el fiscal y consideró, en base a lo declarado por algunos peritos, que "el autor era zurdo", tal como Lucila.

Guevara mencionó como posible móvil del crimen un episodio en el que un ex novio de Lucila, Pablo Barrera, intentó seducir a Solange, algo que la imputada no habría perdonado pese a que ambas luego se pusieron de acuerdo y le rompieron el auto al joven. Sobre la hora de la muerte, la clave de este juicio, el fiscal dijo que "no cabe ninguna duda, ya que ha sido acreditado con rigor científico por el médico Eugenio Aranda, el único que ha visto el cadáver y fue categórico en afirmar que ocurrió entre la una y las siete de la mañana".

Guevara dedicó gran parte de su alegato a criticar al médico de Homicidios de la Policía bonaerense Julio Julián, quien al declarar denunció que el fiscal no lo dejó introducir otras hipótesis de investigación contra, por ejemplo, los obreros que trabajaban al lado del PH. En ese sentido, el fiscal habló de "su ineficiencia, parcialidad y sus aseveraciones erróneas", dijo que desconoce la causa y lo tildó de "incompetente", algo en lo que coincidió Damboriana.

A su turno, el defensor Francisco García Santillán dijo que "no hay dudas, hay certezas de que Lucila nunca pudo ser autora de este crimen" y remarcó que su clienta quiere que se investigue quién mató a su amiga. El abogado afirmó que Lucila salió de su casa a las 7.30 del 10 de enero de 2007 y que de los ocho peritos que declararon en el debate seis afirmaron que el homicidio se cometió alrededor de las 12 de ese día y fijaron como horario mínimo las 8.

Sobre la hipótesis de que el asesino de Solange fue alguno de los albañiles que trabajaban en el barrio, el otro defensor, Sergio Pizarro Posse, dijo que se sustenta en que no se encontraron rastros de sangre en la casa ni hacia la calle porque el asesino salió por la puerta balcón del PH, que daba a la obra de al lado. El abogado cuestionó que no se hicieran cotejos de ADN entre las muestras halladas en la escena del crimen y los albañiles, a lo que el fiscal respondió luego, en las réplicas, que con ese criterio, se debió haber imputado a todos los hombres.

La lectura del veredicto provocó gritos de júbilo de parte de familiares y allegados a Frend, lo que provocó que el presidente del Tribunal, Oscar Zapata, les advirtiese a voz en cuello que “esto no es un circo”, al reclamar silencio. En tanto, familiares de Grabenheimer gritaron “asesina”.

La madre de Lucila Frend se declaró “muy conmovida” por el fallo. “Luli es inocente, por eso no hay pruebas. No voy a bajar los brazos hasta que encuentren al asesino”, dijo Marina Harvey al salir de los Tribunales. Por su parte, la propia subrayó que "hace cuatro años" que lucha "por la verdad" y aseveró que intentará hablar con la madre de Solange Grabenheimer.