En el juicio por el encubrimiento del asesinato de María Marta García Belsunce, José Luis Dipólito, perito en rastros de la Policía Científica de San Isidro, aseguró que el "pituto" fue hallado por él mismo (con un detector de metales) y que John Hurtig "sólo participó un minuto" de la búsqueda antes de que se encontrara el proyectil. Por todo ello, no descartó que el elemento haya sido "plantado".

"Pudieron haberlo tirado o no", admitió, aunque añadió que ello "no sucedió" mientras él estaba en el lugar. Así, desmintió la versión del medio hermano de la socióloga al principio del presente juicio, cuando afirmó que estuvo "horas arrodillado" sobre la sábana donde volcaban el contenido del pozo ciego de la casa del country Carmel.

"El que buscaba cada vez que sonaba el detector de metales era yo. De repente vino una persona que después supe era el señor Hurtig, yo pensé que era un policía. Se puso los guantes y dijo 'voy a ayudar, yo voy a sacarlo'", testificó Dipólito. Cuando la presidenta del tribunal, María Elena Márquez, le preguntó cuánto tiempo antes de la aparición del proyectil se puso a colaborar Hurtig, el testigo contestó: "Un minuto, menos de un minuto". 

Además, reveló  que hicieron dos pruebas en las que arrojaban una bala para ver si llegaban al pozo y que en ambas ocasiones los proyectiles "no pasaron" y quedaron en la cámara, aunque aclaró que eran proyectiles calibre 9 milímetros, más pesadas que las calibre 32 utilizadas para ultimar a García Belsunce. No obstante, cuando le mostraron la foto del "pituto" al momento de ser hallado, señaló que su color verdoso era "compatible con la degradación de haber estado en el pozo. Hay tres opciones: estuvo 50 días en el pozo, estuvo 10 días o la pusieron en el momento y tiene el moho porque estuvo en contacto con el sedimento".