Para el juez Juan Pablo Massi, "la reclusión perpetua es la única alternativa" en el infanticidio cometido en el country San Eliseo, de San Vicente. El magistrado reiteró que, según los peritos, Adriana Cruz “no aparenta un estado de alienación” y fue consciente de lo que hacía, por lo cual "es imputable". Además, reveló que hubo una denuncia previa por maltrato al menor y que pedirá investigar la responsabilidad de terceros

El magistrado explicó que el caso está caratulado como “homicidio doblemente calificado tanto por alevosía como por el vínculo. Por más que haya infinidad de atenuantes, la reclusión perpetua es la única alternativa”, sostuvo Masi y agregó: “Si consideráramos que un divorcio tortuoso es un justificativo para matar a algún niño, no nos quedaría ninguno, porque la verdad que la mayoría de los divorcios tiene algo de tortuoso”.

El juez declaró que “en una etapa preliminar, según los peritos, la mujer se encuentra lúcida en tiempo y espacio. Más allá de los arranques, no aparenta un estado de alienación. Sorprende la declaración (de la mujer) porque realmente es muy raro esta confesión mediática”, agregó el juez en referencia a las imágenes que se difundieron por televisión donde Cruz al ser trasladada en un vehículo asegura que mató al menor para vengarse del ex marido.

En este sentido, el titular del juzgado de Garantías Nº4 de La Plata ordenó profundizar la investigación. “Hay una denuncia previa del mes de febrero donde el padre había hablado de algún tipo de amenaza y de maltrato y que le hicieron temer por la vida de los menores”. A raíz de la denuncia, explicó el juez, Martín y sus dos hermanas se fueron a vivir unos días con el padre, pero extrañamente los menores volvieron con la mujer. “La idea es avanzar a ver si hay otro tipo de responsabilidades penales de terceras personas”, señaló Masi.

Sorprendido porque “es el único caso” que le ha tocado con esta características en varios años de juez, Masi aseguró que “al momento de resolver y actuar en la causa uno se va profesionalizando, deshumanizando, lo toma muy fríamente pero cuando llega a la casa y se serena dice: qué barbaridad”.