En 1615 tres buques balleneros vascos naufragaron frente a las costas de Islandia y el jefe local mandó que sus tripulantes fueran asesinados.  Desde entonces estaba en vigor una ley que permitía el asesinato de los vascos, que ahora se ha derogado, con un homenaje a los marineros asesinados. Después de 400 años en vigor, la ley no escrita que permitía matar vascos en Islandia ha sido revocada: "ya es seguro para que vengan aquí ahora", declaró Jónas Guðmundsson, comisario del distrito de Hólmavík, donde se ha producido el acto oficial de la derogación. 

En 1615 tres buques balleneros vascos naufragaron frente a las costas de Islandia y el jefe local mandó que muchos de sus tripulantes fueran asesinados en un hecho que pasó a conocerse como "la matanza de los españoles" y que ahora se recuerda en el lugar en el que se produjo con un monolito (con una placa en islandés, euskera, español e inglés), que se ha inaugurado con un homenaje en el que no faltó el sentido del humor. "Por supuesto no es más que un gesto divertido, ya hay leyes en este país que prohíben el asesinato de los vascos ", remarcó Guðmundsson. Cuando se le preguntó si ha notado un incremento de turistas vascos tras revocar la ley respondió que "por lo menos es seguro para que vengan aquí ahora", según recoge el diario Island on Review.

Martín Garitano, presidente de la Diputación Foral de Guipúzcoa (todos los marineros asesinados eran guipuzcoanos), habló en la ceremonia, como lo hizo el ministro islandés de Educación y Cultura Illugi Gunnarsson, además de celebrarse una oración por los españoles asesinados. Además, hubo una reconciliación simbólica entre Xabier Irujo, descendiente de uno de los cazadores de ballenas vascos asesinados, y Magnus Rafnsson, descendiente de uno de los asesinos. "Tenemos un programa que se extiende hasta octubre para conmemorar el asesinato de los españoles hace 400 años", recordó el presidente de la Asociación Vasco-islandés Ólafur Engilbertsson, uno de los organizadores del evento. También habrá exposiciones de arte de ambos lados del fiordo de Isafjardardjup en julio. Los balleneros vascos establecieron una estación de caza de ballenas en Islandia en el siglo XVII, mediante un acuerdo por el que los islandeses y los vascos salían beneficiados.